Abril 2012




NOTICIA. Li Baodong, representante permanente de China ante Naciones Unidas, hizo una declaración durante una reunión abierta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) exhortando al mundo a unirse ante el reto de la no proliferación nuclear y el desarme

Comentario

Un viejo mundo que se resiste a morir

El 20 de abril del 2012, Li Baodong, representante permanente de China ante Naciones Unidas, hizo una declaración durante una reunión abierta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) exhortando al mundo a unirse ante el reto de la no proliferación nuclear y el desarme
El fundamento de la declaración de Li Baodong se resume en la siguiente cita: “China cree que para mantener la paz y la estabilidad internacional y para lograr la seguridad general del mundo se debe defender un nuevo concepto de seguridad basado en la confianza mutua, el beneficio, la igualdad y la coordinación entre naciones, orientado especialmente a construir un ambiente internacional estable basado en unas relaciones de confianza y entendimiento mutuos entre Estados, apegados al multilateralismo y la seguridad colectiva con la ONU en el centro de las decisiones, defendiendo los propósitos y principios de la Carta de la ONU, y la solución de los problemas de escenarios conflictivos y disputas internacionales a través del diálogo y la negociación, con el fin de eliminar las causas básicas de la proliferación nuclear y el riesgo del terrorismo nuclear”.
Esta declaración, aunque en el contexto internacional actual suena, por imposible, a retórica, y porque para lograr el objetivo del desarme mundial se precisaría de una hoja de ruta política y militar, la cual ninguna nación esta dispuesta a implementarla unilateralmente, incluido China. Sin embargo, si se puede considerar una declaración de principios donde se establecen los objetivos del que debiera ser un mundo basado en la colaboración entre naciones y por lo tanto en el que las armas nucleares así como las armas y estrategias militares ofensivas carecerían de razón de ser.
Un mundo gobernado como una gran nación de naciones, sería el equivalente al gobierno de una nación donde se intentan integrar los intereses de la propia nación en uno solo; si ponemos como ejemplo a la propia China, EEUU, Rusia u otra potencia nuclear ¿Qué sentido pudiera tener que cualquiera de estas naciones dispondría de armamento nuclear para resolver sus posibles conflictos internos?
La herencia del viejo mundo que desató en la primera mitad del siglo XX dos cruentas guerras mundiales a las que sucedió en la segunda mitad del siglo XX un largo periodo de Guerra Fría entre la antigua URSS y el mundo occidental, sigue proyectando su sombra sobre el siglo XXI, a pesar de que las causas objetivas de confrontación que sacudieron al mundo durante el siglo XX han desaparecido.
Desde los comienzos, del comercio de larga distancia de forma masiva en el siglo XVI, la confrontación política y militar se fundamentó en la lucha por el dominio de las áreas de influencia entre los viejos imperios coloniales europeos, así como por su lucha por el control del Centro del Sistema Económico Mundial ubicado en las metrópolis coloniales europeas.
Esta disputa por el control del Centro Mundial confrontaría a principios del siglo XIX a la Francia napoleónica con el resto de naciones europeas. Tras la derrota española a manos británicas en la batalla naval de Trafalgar (1805) y la derrota de Napoleón en Waterloo (1815), el dominio de los mares del mundo pasó a manos del Gran Bretaña y con ello el comercio de larga distancia.
Durante el siglo XIX tras la institucionalización del capitalismo en las constituciones liberales que pusieron fin al Antiguo Régimen Estamental, la Economía Mundo se regía desde el Centro del Sistema Económico Mundial en Europa, en disputa principalmente entre Francia, Alemania y Gran Bretaña.
Si bien desde la derrota de Napoleón en 1815 hasta la Primera Gran Guerra Mundial en 1914, hubo cien años de paz, la crisis económica de 1873 acentuaría al enfrentamiento entre estas naciones, en la convicción de que quien dominará al otro dominaría el Centro del Sistema económico mundial y con ello dominaría el mundo, pues las colonias dependientes de cada imperio pasarían a estar bajo el dominio del vencedor.
La Primera Gran Guerra Mundial fue la culminación de este enfrentamiento en el Centro del Sistema político y económico mundial con la derrota de Alemania. No obstante, las causas del enfrentamiento por el dominio europeo no desaparecieron; la derrota alemana y la siguiente gran crisis económica de 1929 llevaría a los nazis al poder en Alemania que iniciaron la Segunda Guerra Mundial en su aspiración de resarcirse de la derrota en la Primera Gran Guerra y pasar a dominar el mundo derrotando a quienes detentaban entonces el control del Centro del Sistema Mundial, Francia y Gran Bretaña.
Si bien, para esas fechas otros actores internacionales habían irrumpido con fuerza en el escenario mundial, principalmente EEUU en América, la URSS en Euro-Asia y Japón en el Oriente asiático. Japón se constituyó en Aliado de Alemania y las otras dos potencias se unirían contra Alemania. La derrota de Alemania y Japón (1945) supuso al término de la guerra una nueva distribución del poder del mundo, EEUU pasaría a dominar el Centro del Sistema económico mundial y la URSS constituiría un mundo aparte desconexionado del sistema capitalista mundial en un régimen de economía estatalizada.
La discusión, en el movimiento comunista internacional, entre la formula de avanzar en la eliminación del capitalismo mundial a través del sistema de revolución y desconexión país a país -defendida por Lenin en la tesis de la viabilidad de la revolución socialista en un solo país-, y la fórmula de Trotsky de propiciar una revolución total en el Centro del Sistema económico mundial daría lugar, durante y tras la revolución bolchevique (1917), a enfrentamientos ideológicos entre Trotsky y Lenín. Trotsky creyó durante la Primera Guerra Mundial que el triunfo de la Revolución socialista en Alemania permitiría, al igual que lo pretendió Napoleón, hacerse con el control del Centro del Sistema económico mundial y, con ello, puesto que, en esa época, la fuerza política y militar de las colonias bajo el control de los imperios europeos prácticamente era inexistente, la revolución socialista podría extenderse desde el Centro del Sistema económico mundial a todo el mundo. Esta disputa se resolvió a favor de las tesis de Lenin quien firmaría la paz con Alemania (1918), concentrando los esfuerzos revolucionarios de la convulsa Europa en la construcción en Rusia, en la manera que lo entendían los bolcheviques, del primer país socialista del mundo.
Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se produjo un rápido movimiento de independencia de las colonias que cambiaría geopolíticamente el mundo. Esta independencia traería el final de la principal razón de ser del enfrentamiento de las potencias por el control del Centro del sistema mundial, “el dominio colonial del mundo”, con ello, después de quinientos años de luchas entre naciones en Europa, la paz y la colaboración se impuso entre los viejos imperios coloniales.
La desconexión del Sistema Económico Mundial como modelo alternativo al capitalismo constituyó para muchos revolucionarios independentistas que lideraron a lo largo del siglo XX la emancipación colonial, una alternativa que se abría paso a través de las guerras por la independencia contra los viejos imperios coloniales. Las declaraciones de independencia de numerosos países en África y Asia y, sobre todo, el triunfo de la revolución socialista en China en 1949, reforzaría en los revolucionarios de inspiración comunista las tesis de la desconexión progresiva país a país del sistema económico mundial dominado ahora por EEUU.
No obstante, en el caso de China, si bien los revolucionarios chinos liderados por Mao Zedong, una vez en el poder, siguieron los pasos de la estrategia de la desconexión marcada por la URSS, a finales de los años sesenta del siglo XX, se desmarcarían de las tesis soviéticas porque comprendieron que el ámbito socialista desconexionado del sistema económico mundial capitalista predominante en el mundo, había pasado a tener un nuevo centro rector y dominador, Moscú.
La alianza de China con EEUU bajo el mandato de Mao Zedong y Nixon en los años setenta, utilizada por ambos países como contrapeso al expansionismo soviético, tuvo posteriormente para China un significado especial en la política de reforma y apertura liderada por Deng Xiaoping. La desconexión dejó de ser el camino para alcanzar la prosperidad de China como nación y para la transformación del mundo a favor de la paz, prosperidad, fraternidad y libertad para toda la humanidad, -objetivos que sintetizaban los valores últimos del comunismo tal y como lo entendiera el marxismo- sino que el camino se fundamentó en la progresiva reforma y apertura interna de China y en la promoción de una política exterior basada en los principios de la ONU y la coexistencia pacifica, donde cada país debiera encontrar su camino de paz y de prosperidad. Con estos principios adoptados por China y tras el derrumbe de la URSS (1989- 1991), la desconexión como forma revolucionaria de transformación del mundo, así como, la exportación de la revolución desde un centro socialista pasó a formar parte del pasado, el mundo volvió a estar conexionado en una única economía competencial mundial aunque con fundamentos diferentes al periodo decimonónico, ahora la economía mundial incorporaba con fuerza las aspiraciones de desarrollo de las naciones que en el pasado fueron colonias.
El derrumbe de la URSS, animaría a los estrategas de EEUU a liderar una doctrina ideológica de exportación de la revolución liberal a los países del este europeo emancipados de la tutela soviética, así como a intentar reconstruir en Oriente Medio y Latinoamérica un dominio colonial. No obstante, las fracasadas guerras de Irak y Afganistán, y los fracasos de las intentonas de golpes de Estado en Venezuela, Bolivia y Ecuador en la primera década del siglo XXI, han demostrado que las pretensiones de EEUU de exportar el neoliberalismo y reeditar el colonialismo era una pretensión anacrónica, o más bien, una ilusión de quienes se creían que por tener la mayor capacidad militar del mundo podían dominarlo. La evidencia de los hechos ha demostrado que la descolonización no era históricamente reversible, EEUU podía y puede ganar una invasión o hacer que triunfe un golpe de Estado en un país que no se someta a su tutela, pero en la confrontación posterior, es decir, en la guerra prolongada siempre pierde.
El mundo ha cambiado, pero la percepción que todavía muchos intelectuales y políticos, sobre todo Occidentales, siguen teniendo del mundo es que se precisa seguir en estado de confrontación para obtener ventajas del dominio sobre otras naciones. Esta aspiración es la que sigue manteniendo en la segunda década del siglo XXI una institución anacrónica perteneciente al periodo de la guerra fría como es la OTAN.
No se puede evitar que esta sombra del pasado siga proyectándose sobre el presente, al igual que fue inevitable que la sombra del Antiguo Régimen Estamental se prolongara durante todo el siglo XIX y del que todavía quedan reminiscencias con la existencia de monarquías con cierto poder político en Europa y un poder absolutista en el Mundo árabe.
Ahora a diferencia del pasado, en la confrontación no hay nada que ganar y si mucho que perder, mientras que en la colaboración es donde se encuentran los beneficios recíprocos, ese el mensaje de Li Baodong.
La humanidad se enfrenta en este siglo a problemas nuevos que no los tuvo en el pasado, principalmente por el posible agotamiento, en unas décadas, de las reservas de los combustibles fósiles; por las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y el consiguiente cambio climático que ello conlleva que puede traer la elevación del nivel de los océanos poniendo en riesgo la habitabilidad de los actuales asentamientos humanos costeros en los que viven la mitad de la humanidad, así como el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos; por la depredación de recursos limitados mundiales como el agua potable,  o por el riesgo de una catástrofe nuclear, entre otros.
El poder de una oligarquía occidental, que sigue dominando el Centro del sistema financiero mundial, que tras la crisis financiera y económica mundial iniciada en el 2008 se muestra incapaz de hacer prosperar la economía mundial, que antepone sus mezquinos intereses del beneficio de unos pocos a los problemas que se enfrenta la humanidad, hace que prevalezca, a través de los grandes latifundios de la comunicación, que esta clase financia, la miopía política del discurso ideológico de la confrontación como forma de mantener la prevalencia de los intereses de unas pocas naciones sobre los del conjunto de la humanidad
Las transformaciones que precisan las naciones en los actuales tiempos son universales y fundamentadas en la colaboración, la confianza y el diálogo. Solo el surgimiento de un pensamiento globalizador con objetivos planetarios que atraviese las fronteras y se incardine en las grandes masas de población, puede acabar con el viejo mundo y traer la esperanza de un mundo nuevo.
No obstante, la sombra del viejo mundo sigue siendo dominante, esperemos que la misma vea su ocaso, y los intelectuales, políticos, financieros y militares que actualmente la alimentan desparezcan con el advenimiento de una nueva generación.
Las alternativas son: cooperación mundial o barbarie socioeconómica, cooperación mundial o desastre medioambiental, cooperación mundial o riesgo de catástrofe nuclear.

-----------------


NOTICIA. Cartagena, Colombia. VI Cumbre de las Américas

Comentario


América Latina precisa de la valentía para poner fin a cumbres anacrónicas y vejatorias

La denominada cumbre de las Américas tuvo su inicio el 9 diciembre de 1994, en Miami, Estados Unidos, y ha venido teniendo su continuidad en 1998 en Santiago, Chile; en el 2001 en Québec, Canadá; en el 2004 en Monterrey, México; en el 2005, en Mar de la Plata, Argentina; en el 2009 en Puerto España, Trinidad y Tobago, y por último, la VI Cumbre, del 14 al 15 de abril de 2012, en Cartagena, Colombia.
Estas cumbres patrocinadas por la OEA han venido desarrollándose bajo la proyección tutelar que EEUU ha tenido de América Latina en función de sus intereses exclusivos como Nación. Desde la instauración en 1823 de la doctrina Monroe por EEUU sintetizada en la frase “América para los Americanos”, que en principio estaba dirigida contra la intromisión de las viejas potencias coloniales europeas principalmente España; a la postre, esa doctrina, se convirtió en una tutela de Estados Unidos sobre todo el continente latinoamericano para el expolio de sus materias primas, la capitalización e industrialización de EEUU. La hegemonía de EEUU sobre Latinoamérica la sumió en décadas de soledad política frente al resto del mundo en el que su voz apenas si tenía relevancia.
La neocolonización de EEUU del continente latinoamericano de la mano de gobiernos oligárquicos y dictaduras sangrientas no estuvo exenta de gran resistencia y luchas heroicas, ahogadas todas ellas en una sistemática represión. Los sectores sociales más comprometidos con los pueblos latinoamericanos comenzaron a comprender que el poder militar de las oligarquías sustentadas en dictaduras militares con el apoyo de EEUU, era el escollo principal para conseguir la prosperidad de sus naciones. Y un nuevo grito de soberanía comenzó a recorrer América Latina en los años cincuenta y sesenta del siglo XX: el poder al servicio del pueblo nace de la punta del fusil. Miles de revolucionarios engrosaron la resistencia guerrillera en casi todas las naciones del continente.
Tras la crisis económica de 1973, entre 1975 y 1982, Occidente a través del incremento de los intereses de la deuda hizo recaer el peso de la crisis sobre los países más endeudados. La deuda a largo plazo de América Latina casi se cuadriplicó, de 42.500 millones a 176.400 millones de dólares. Agregando los préstamos a corto plazo y los créditos del FMI, en 1982 el total de la deuda era de 333.000 millones de dólares.
Para asegurar que los Estados pagaran la deuda se implementaron duras medidas neoliberales que sumieron a amplias capas de la población en toda América Latina en la pobreza, pero como tales medidas eran imposibles de aplicar bajo formas democráticas debido a la fuerte oposición popular, ente los años setenta y ochenta del siglo XX una ola de sanguinarias dictaduras, bajo la odiosa tutela de EEUU, asolaron de nuevo el continente para asegurar la prioridad del pago de la deuda por encima de los intereses de la mayoría de la población.
Tras estas amargas experiencias, los pueblos de Latinoamérica comenzaron a despertar de su soledad centenaria, las conciencias que despertaban ya no eran solo las de los sectores sociales más comprometidos con la causa revolucionaria. Ante una demanda social de cambio tan masiva el discurso revolucionario de la lucha armada fue relegado como un periodo superado y perteneciente al pasado, en favor del discurso del poder democrático popular. Los poderes fácticos represivos de las oligarquías vendidas a los intereses de EEUU se situaron a la defensiva. A finales del siglo XX y principios del XXI millones de personas demandaban en toda América Latina la urgencia de una segunda descolonización efectiva de su patrón del Norte, y el continente comenzó a plagarse de gobiernos de izquierda democráticos que reclamaban la dignidad, el desarrollo económico y el bienestar para sus pueblos y naciones.
La Cumbre de las Américas impulsada por la OEA, en este nuevo momento histórico, es un intento de dar un formato a la supremacía y la tutela de EEUU sobre todo el continente, pero el continente Latinoamericano camina ya con paso propio. La constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, el 23 de febrero de 2010, en la ciudad de Playa del Carmen, Quintana Roo, México ha supuesto el inicio de una Latinoamérica que quiere diseñar su propio destino sin tutelaje alguno.
La Cumbre de las Américas, así como la Cumbre Iberoamericana en la que participa España, son cumbres reminiscentes de las épocas coloniales y neocoloniales. La propuesta de los países solidarios con Cuba de no asistir a la próxima cumbre de las Américas prevista para 2015 en Panamá si EEUU veta su asistencia a Cuba no resuelve el fondo de la cuestión de la instrumentalización de estas cumbres diseñadas para afirmar el papel de EEUU como patrón americano, pues aunque Cuba no fuera vetada se podía dar la situación de que persistiera el bloqueo de EEUU contra la isla, lo que supondría la aceptación de esa injusta humillación de castigo imperial sobre un país latinoamericano; por otra parte, de celebrarse la próxima cumbre de las Américas, con toda probabilidad la misma, al igual que la presente, se daría bajo el signo de la división entre los países más afines con EEUU y lo más solidarios con Cuba, situación que sin duda alguna sería aprovechada por EEUU para conseguir uno de sus objetivos en Latinoamérica,  la división y confrontación entre naciones latinoamericanas. 
Estas cumbres no favorecen en nada la integración Latinoamericana. Los países latinoamericanos tienen que comprender que la mejor manera de afirmarse en su personalidad y unidad es poner fin a este tipo de cumbres de jefes de Estado e impulsar la CELAC.
Sería deseable que tanto la VI cumbre de las Américas, como la próxima Cumbre Iberoamericana a celebrar en Cádiz España en septiembre de este año, fueran las últimas, por lo menos con el formato de jefes de Estado.
Es evidente que el pasado de cientos de años de tutelaje español y norteamericano parece pesar todavía en la mente de los gobernantes latinoamericanos, pero mientras los pueblos de las naciones latinoamericanas no perciban la ruptura diáfana con ese pasado, la ideología neoimperialista tendrá asideros sociológicos y mediáticos en los que frenar el avance de la integración latinoamericana, a través de fomentar el complot contra los gobiernos progresistas y la intrigas para sembrar la discordia entre naciones.
Los gobernantes latinoamericanos en la próxima cumbre de la CELAC a celebrar en Chile este año tendrían que atreverse a dar ese paso. Las relaciones con EEUU debieran ser de nación a nación o con asociaciones Latinoamericanas, como MERCOSUR, UNASUR o CELAC, pero debieran finiquitar este tipo de cumbres en las que todavía predomina la figura tutelar del patrón del Norte.

---------------


NOTICIA. Israel declara al escritor alemán Günter Grass persona no grata y le prohíbe viajar a Israel. En su poema “Lo que hay que decir”, Grass censuró a Tel Aviv por amenazar a Irán con un ataque militar preventivo que podría “exterminar al pueblo persa”

Comentario

Técnicas de propaganda contra la libertad de expresión

Grass de 84 años envió el poema en cuestión, Lo que hay que decir, a las redacciones del diario alemán Süddeutsche Zeitung, del español El País, del italiano La Reppublica y del estadounidense The New York Times. Sólo este último se abstuvo de publicarlo; el resto lo hizo el 4 de abril.
Reza el texto del poema:

Lo que hay que decir
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo, / sobre lo que es manifiesto y se utilizaba / en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes, /  solo acabamos como notas a pie de página. /  Es el supuesto derecho a un ataque preventivo / el que podría exterminar al pueblo iraní, / subyugado y conducido al júbilo organizado / por un fanfarrón, / porque en su jurisdicción se sospecha / la fabricación de una bomba atómica. / Pero ¿por qué me prohíbo nombrar / a ese otro país en el que / desde hace años —aunque mantenido en secreto— / se dispone de un creciente potencial nuclear, / fuera de control, ya que / es inaccesible a toda inspección? / El silencio general sobre ese hecho, / al que se ha sometido mi propio silencio, / lo siento como gravosa mentira / y coacción que amenaza castigar / en cuanto no se respeta; / “antisemitismo” se llama la condena. / Ahora, sin embargo, porque mi país, / alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez / por crímenes muy propios / sin parangón alguno, / de nuevo y de forma rutinaria, aunque / enseguida calificada de reparación, / va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad / es dirigir ojivas aniquiladoras / hacia donde no se ha probado / la existencia de una sola bomba, / aunque se quiera aportar como prueba el temor... / digo lo que hay que decir. / ¿Por qué he callado hasta ahora? / Porque creía que mi origen, / marcado por un estigma imborrable, / me prohibía atribuir ese hecho, como evidente, / al país de Israel, al que estoy unido / y quiero seguir estándolo. / ¿Por qué solo ahora lo digo, / envejecido y con mi última tinta: / Israel, potencia nuclear, pone en peligro / una paz mundial ya de por sí quebradiza? / Porque hay que decir / lo que mañana podría ser demasiado tarde, / y porque —suficientemente incriminados como alemanes— / podríamos ser cómplices de un crimen / que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa / no podría extinguirse / con ninguna de las excusas habituales. / Lo admito: no sigo callando / porque estoy harto / de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además / que muchos se liberen del silencio, exijan / al causante de ese peligro visible que renuncie / al uso de la fuerza e insistan también / en que los gobiernos de ambos países permitan / el control permanente y sin trabas / por una instancia internacional / del potencial nuclear israelí / y de las instalaciones nucleares iraníes. / Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos, / más aún, a todos los seres humanos que en esa región / ocupada por la demencia / viven enemistados codo con codo, / odiándose mutuamente, / y en definitiva también ayudarnos. /

El 8 de abril, un vocero del ministro israelí de Relaciones Interiores, Eli Yishai, informó que el reconocido intelectual alemán tiene prohibido poner pies en ese territorio, alegando que el poema de Grass busca estimular “el odio contra Israel y su pueblo” y propagar “las mismas ideas que [Grass] apoyó en el pasado de manera abierta, al portar el uniforme de las SS”. Esas declaraciones hacen alusión al servicio que Grass prestó durante la Segunda Guerra Mundial en las Waffen-SS, cuando tenía 17 años un detalle que el propio escritor dio a conocer hace un lustro, y el cual lo mostró, en consonancia con la opinión de quienes vivieron o han estudiado esa época, como una circunstancia del momento en que una generación entera fue arrastrada por el Nazismo, ideología a la que Grass ha combatido durante el resto de su vida, al igual que el actual Papa de los católicos Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) quien también admite en su autobiografía que de joven se enroló en la Juventud Hitleriana, en 1941.
Los gobernantes de Israel instrumentalizan el cruel genocidio que los nazis practicaron sobre una parte del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial,  como una patente de corso para justificar todo tipo de atrocidades cometidas contra el pueblo palestino, de tal manera, que cualquier crítica a Israel de sus actos criminales es presentada y magnificada por este país y por los grandes latifundios de la comunicación Occidental –en los que el lobby judío tiene una gran participación- como muestras de antisemitismo.
Grass en declaraciones posteriores a la emisión de su poema declaro que se mantenía firme en su contenido y que se había quedado sorprendido de que la crítica unánime por los intelectuales que dominan los grandes medios de comunicación Occidentales, en ningún momento hubiera entrado al contenido del poema sino que se han basado en descalificaciones sin base racional apelando a que su contenido se sale de lo que Occidente considera políticamente correcto, a saber: que Irán es un país enemigo de EEUU, Israel y la OTAN, y que EEUU y la OTAN consideran a Israel un país aliado.
Sin embargo, ni Israel ni ninguno de estos intelectuales a sueldo de los grandes medios de comunicación occidentales han desmentido la afirmación de Grass de que Israel es una potencia nuclear que no está sometida a ningún control por no haber suscrito ese país el tratado (Non-Proliferation Treaty, TNP), que entró en vigor el 5 de marzo de 1970 y abarca a todos los países miembros de la ONU a excepción de Israel, la India, Corea del Norte y Pakistán. El TNP refrenda el derecho de todos los Estados signatarios de realizar investigaciones, producir energía nuclear y utilizarla con fines pacíficos.
Y tampoco, ni Israel, ni los grandes medios de comunicación occidentales pueden negar por obvias y manifiestas las reiteradas amenazas de Israel y de EEUU de realizar un ataque preventivo contra Irán, cuestión a la que recientemente el presidente ruso Medvédev se refirió exigiendo a estos países que cesasen en su política de amenazas gratuitas contra países soberanos.
Los latifundios mediáticos occidentales coordinados por los servicios de inteligencia de los países respectivos no están por la Paz internacional, como lo está el poema de Grass, sino que alimentan la confrontación para mantener su hegemonía política y militar contra los países que no se subordinan a sus intereses. Las técnicas mediáticas de propaganda de guerra se desarrollan en contra de la paz, buscando conformar a la mayoría de la población occidental en un discurso homogéneo que justifiquen sus actos de agresión como en Libia, Irak y Afganistán, con el fin de asegurar que su retaguardia civil es dócil a la justificación de sus tropelías y amenazas.
El poema de Grass solo habla de la verdad, una verdad que incomoda y más por la relevancia personal del quien la dice y la permeabilidad de sus palabras en la ciudadanía de un país como Alemania con una gran sensibilidad pacifista. No es por ello extraño, que haya sido en este país donde más se haya desarrollado la campaña mediática contra Grass, porque Grass ha roto la homogeneidad  de la sociedad civil de la particular visión del mundo que transmiten los medios occidentales, y con ello, ha quebrado en parte la posibilidad de que un ataque de Israel y EEUU contra Irán pueda dejar insensible a amplios sectores de la población occidental amantes de la paz mundial.
Los grandes medios de comunicación occidentales han pasado en lo referente al tratamiento de la información internacional a formar parte de la maquinaria de guerra sicológica de la OTAN, y el acoso a Grass por estos medios de comunicación cohíbe la libertad de expresión, ningún intelectual de renombre occidental puede salirse del guión marcado por la OTAN y sus aliados de lo políticamente correcto, porque sino automáticamente estará expuesto a un bombardeo de descalificaciones donde el ruido mediático es capaz de anular la razón al imponerse la histeria del titular sobre el argumento.
Grass en medio de este ruido mediático se ha quedado solo, pero solo con la razón, a la postre el ruido pasa y la razón perdura, Grass al ser sincero con la verdad ha dejado constancia que un intelectual lo es por su autenticidad, y los que no lo son es porque se han convertidos en mercenarios manipuladores de la palabra.

----------------



NOTICIA. La tasa de desempleo en la zona euro llegó a su punto máximo en casi 15 años, con más de 17 millones de personas sin trabajo

Comentario

El desempleo un fracaso del modelo económico y político mundial

El desempleo en la zona euro se situó el pasado mes de febrero en el 10,8%, un nivel récord que supera en una décima el dato de enero y contrasta con el 10% registrado hace un año, según los datos ofrecidos por Eurostat, que vuelve a colocar a España como el país con peores cifras de empleo de toda la región, ya que su tasa de paro subió al 23,6%, tres décimas más que en enero. Entre los países miembros cuyos datos estaban disponibles, las menores tasas de paro se registraron en Austria (4,2%), Países Bajos (4,9%) y Luxemburgo (5,2%), mientras que las más altas fueron las de España (23,6%), Grecia (21%), Portugal (15%) e Irlanda (14,7%). Asimismo, la tasa de paro entre los menores de 25 años subió hasta el 21,6%. España volvió a registrar en febrero las cifras más altas de desempleo juvenil con un paro del 50,5%.
Estas cifras contrastan con las de los países emergentes más dinámicos, China y Brasil. En 2011, en China, se crearon un total de 12,21 millones de nuevos empleos en las zonas urbanas, y para este año, de acuerdo con el informe sobre la Labor del Gobierno que fue presentado a la Asamblea Popular Nacional (máximo órgano legislativo de China) el gobierno mantendrá la tasa de desempleo registrado en no más del 4,6 por ciento en las regiones urbanas lo que debe suponer crear más de 9 millones de nuevos empleos en el 2012 en esas zonas. Brasil creó en el 2011 más de 2 millones de puestos de trabajo, además de registrar un crecimiento con baja inflación, una tasa de interés en descenso, y con una distribución de renta que está favoreciendo la disminución de las desigualdades sociales.
Si bien, los bases de partida de las economías de los países de la UE y de los países emergentes distan entre sí, pues las primeras se sitúan en un alto nivel de desarrollo per capita y las segundas lo hacen desde un modesto nivel per capita, las perspectivas económicas de unas y otras se manifiestan claramente en la creación o destrucción de empleo.
La crisis financiera del 2008 ha determinado el cambio de tendencia de la economía mundial. Occidente ha venido detentando el poder financiero desde los inicios de las primeras manifestaciones del capitalismo en zonas urbanas de Europa en el siglo XVI, que se reforzó con el comercio de larga distancia dando lugar a la primera gran acumulación primaria de capital que favoreció el inicio de la revolución industrial, y se institucionalizó con las revoluciones liberales del siglo XIX. Las dos grandes crisis económicas la de 1873 y la de 1929 y que dieron lugar a la disputa de las potencias occidentales por áreas económicas de influencia exclusiva que derivaron en las dos mayores guerras mundiales nunca conocidas, se situaban en el contexto histórico donde el resto del mundo, donde habitaba y habita la mayoría de la humanidad, apenas si tenía relevancia económica, estando, por otra parte, estas zonas sometidas al dominio colonial.
Con la caída de la URSS (1989-1991) y la incorporación de China a la OMC en el 2001, el mundo económico sustentando en áreas de influencia exclusiva desapareció. La globalización económica es ya una realidad irreversible y el empeñó de Occidente de utilizar su poderío militar para mantener áreas de influencia se está viendo que ya no es acorde con los tiempos, las guerras coloniales, con algunas excepciones como las de Libia, son para Occidente un gasto inútil en lugar de una inversión.
El poder financiero Occidental ha marcado un modelo de desarrollo mundial basado en la demanda efectiva de las mayorías sociales de los países occidentales que representan un 15% de la población mundial. En la economía competencial la tasa relativa de ganancia se compensa en una tasa media debido a la competencia del mercado, pero la tasa absoluta de ganancia (de la que el préstamo a interés es una parte importante de la misma y retroalimenta la acumulación financiera de capital), tiende a disminuir con la mejora de la productividad que forma parte consustancial al sistema competencial, pues con la misma inversión de capital se producen más productos y servicios; para compensar esta caída de la tasa absoluta de ganancia se necesita crecer económicamente, es decir se precisa vender más productos y servicios. El sistema financiero occidental ha venido asegurando este crecimiento del PIB sustentado en la demanda efectiva de los ciudadanos de los países ricos creando ciclos de consumo cada vez más cortos y estimulando necesidades de consumo de segundo orden a través de la publicidad y el préstamo individual; de tal manera que la disminución de la frecuencia de renovar el automóvil y la compra de segundas viviendas en los países desarrollados fueron hasta la crisis del 2008 la base del crecimiento económico mundial.
Pero esta vía de desarrollo en un mundo ya globalizado tenía a la postre los días contados, no solo porque inevitablemente debía derivar en un apalancamiento financiero de las clases medias de los países ricos, sino por la grave depredación de los recursos naturales mundiales que exigía el mantenimiento del consumismo de una pequeña parte de la población mundial ubicada en los países ricos.
Este modelo de crecimiento económico mundial es irrepetible, y los países desarrollados incapaces de reactivar la demanda efectiva interna comprueban como sino crece el PIB por encima de la mejora de la productividad el desempleo aumenta. Las diferencias del aumento del desempleo en unos países más que en otros tienen que ver con su estructura económica. En el caso de la UE, los dos extremos se sitúan entre los países del norte y centro de Europa y los países mediterráneos. Mientras que, por ejemplo, Alemania tiene una estructura exportadora industrial que le permite en medio de la crisis mantener sus ventas en los mercados emergentes de los países en desarrollo, España es un país con una estructura económica fundamentada en gran medida en sus recursos turísticos que le permitió beneficiarse del modelo consumista de segunda vivienda, de tal manera que España en la década anterior a la crisis del 2008 era el país que más crecía de la UE y más empleo creaba teniendo que importar mano de obra barata de países africanos y latinoamericanos. Tras la crisis financiera inmobiliaria del 2008, las economías sustentadas en la segunda residencia se vinieron abajo. La economía española perteneciente a ese grupo sufre ahora, en parte, unas consecuencias similares a las que acontecen en las regiones mineras prosperas que dejan de serlo cuando se agotan las betas de explotación, e incapaces de reorientar sus actividades productivas sus habitantes se ven obligados a emigrar.
El desempleo en la UE seguirá aumentando pues la mejora diferencial de la productividad impuesta por los países emergentes le obliga a buscar la competitividad en los mercados internacionales recortando los gastos del Estado de bienestar y congelando salarios, con ello la demanda efectiva interna seguirá cayendo. El desempleo en la UE solo podría ser aminorado con una distribución del trabajo reduciendo las jornadas laborales como se ha hecho en varias empresas alemanas pero ello implicaría una reducción también proporcional de los ingresos para mantener la competitividad global, cuestión que una sociedad como la alemana con altos ingresos es factible pero de muy difícil aplicación en España con una población laboral con empleos precarios y bajos ingresos.
A diferencia del pasado, donde solo existía financieramente Occidente y las crisis económicas obligadamente se debían resolver en el marco financiero occidental, en la actualidad, la emergencia de otras economías de países en desarrollo con pujanza financiera y económica, obligará a Occidente a tener que insertarse en un modelo de crecimiento basado en la demanda efectiva de los países emergentes. El problema para las finanzas occidentales es que ese cambio supone un cambio de los actores financieros mundiales y, por ello, se resiste a aceptar esa realidad a la espera de que vuelvan los tiempos del modelo de crecimiento económico consumista anterior al 2008, pero esos tiempos no volverán. La espera hasta que se despeje esta tesitura histórica en la mente de la ciudadanía occidental será dolorosa, pues traerá más desempleo y más recortes del Estado de bienestar alcanzado tras décadas en la UE.
El drama actual de las democracias liberales es que los partidos políticos sean de izquierdas o derechas solo pueden actuar en el marco de sus constituciones liberales en las que el mercado y la propiedad privada financiera es intocable, mientras que el derecho de los ciudadanos al trabajo contemplado en el artículo 23* de  la declaración de los Derechos Humanos de 1948 se demuestra que es solo retórico, por estar sujeto al mercado neoliberal.

* Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
1. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses