Marzo 2013



28/03/2013

NOTICIA. Los días 26 y 27 de marzo se celebró en Durban (Sudáfrica) la V Cumbre de los países BRICS (Brasil; Rusia; India; China; Sudáfrica)

Comentario

Importancia y responsabilidades globales del grupo BRICS


En la cumbre de Durban, los BRICS acordaron la creación de un fondo contingente de reservas, mecanismo destinado a aumentar los flujos de inversión y financiación recíproca para el desarrollo de los proyectos internos que podrían alcanzar los 15 billones de dólares en las dos próximas décadas. Con ello, la alianza de los BRICS espera reducir su dependencia del vigente sistema monetario internacional controlado por los países occidentales más desarrollados,  en el objetivo de eliminar por completo la necesidad del uso del dólar y del euro en las transacciones internacionales.
También decidieron iniciar los pasos para la creación del Banco de Desarrollo del BRICS con un capital inicial equivalente a 50.000 millones de dólares. La creación del nuevo banco serviría para cubrir la escasez de inversión en  los países en desarrollo por parte de instituciones financieras internacionales controladas por EEUU y la Unión Europea.
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En el modelo económico neoliberal y neocolonial mundial que se conformó en las últimas décadas del siglo XX, la economía mundo estuvo dirigida por el G7 y las instituciones monetarias internacionales bajo su control.
En los primeros años del siglo XXI estas potencias considerando que tras la desaparición de la URSS no tenían rival mundial pretendieron consolidar su liderazgo mundial de manera inequívoca.
-En el terreno económico a través de la conformación de un modelo económico mundial basado en la demanda económica efectiva de los países desarrollados, mientras que el resto del mundo debería servirles como proveedores de materias primas y mano de obra barata.
-En el terreno militar con el reforzamiento y ampliación de la OTAN y la dominación militar del Oriente Medio en una reedición del colonialismo decimonónico con presencia militar directa que se materializó en las invasiones de Afganistán e Irak.
-En lo cultural con la exaltación de la ideología de la supremacía de EEUU e Israel como naciones llamadas a dirigir los destinos planetarios, a los que el resto de naciones deberían subordinarse.
No obstante, las ambiciones de estas dos naciones a las que el resto de naciones desarrolladas se sumaron como aliados, fueron finiquitadas sin terminar la primera década del presente siglo. La incapacidad militar para someter a Afganistán e Irak y la quiebra del modelo de crecimiento económico mundial neoliberal iniciado en la crisis del 2008 ha situado a las potencias occidentales en una situación imposible para llevar adelante su proyecto hegemónico mundial.
Esta debilidad de los países desarrollados se ha puesto de manifiesto en la devaluación del G7 como grupo rector económico mundial. Tras la crisis iniciada en el 2008 rápidamente se vio que el mundo había cambiado y, el G20 se convirtió en el grupo que parecía llamado a coordinar el desarrollo económico mundial, pero tras varías cumbres de este foro, el mismo también se está devaluando ante la falta de resultados como institución para reordenar la economía mundial.
La falta de resultados del G20 tiene que ver con los distintos enfoques en función de intereses entre las naciones desarrolladas y en desarrollo, éstas últimas quieren una mayor participación y protagonismo en las instituciones económicas mundiales como el FMI o el Banco Mundial, mientras que el G7 se resiste a introducir cambios. Tampoco existen acuerdos en cuanto a regular la Banca en la sombra y los paraísos fiscales, habiendo entrado el G20 en una fase de estancamiento.
En los pocos años de recorrido de la crisis económica mundial ha quedado evidenciado que ni el G7, ni el G20 son instituciones que sirvan para introducir cambios efectivos que impulsen la economía mundial.
Las transformaciones de la economía mundial para alcanzar una nueva fase de desarrollo de las fuerzas productivas, va a depender de la fortaleza que vayan adquiriendo los países en desarrollo a través de alianzas económicas regionales y, en términos globales, principalmente por el papel y la agenda económica de los países BRICS.
Las potencias occidentales solamente se avendrán a negociar un cambio en la normas de funcionamiento económico mundial que permita: 1º la transparencia financiera internacional; 2º la implementación de una cesta de divisas para las transacciones internacionales que acabe con la hegemonía del dólar, y 3º la democratización de las instituciones monetarias internacionales, cuando los países BRICS desarrollen una potente dinámica económica mundial en la coordinación de sus economías a la vez que, como potencias emergentes por su potencial económico, avancen en la articulación de los espacios económicos regionales de los que forman parte.
La recuperación económica mundial ya no puede esperar a las potencias occidentales pues se han convertido en una rémora para la introducción de reformas transformadoras de la economía mundial, y siguen aferradas al estatus adquirido en dos siglos de regencia de la economía mundo, e incapaces de admitir que el desarrollo económico mundial ya no está en sus manos ni en el modelo neoliberal y neocolonial de las últimas décadas.
La coyuntura económica mundial actual demanda que se den pasos prácticos. Los países en desarrollo tendrán que dejar de mirar a Occidente, como lo han venido haciendo hasta ahora, para avanzar en su progreso económico, y deberán basarse principalmente en sus propias potencialidades
No obstante, la responsabilidad de transformar la economía mundial descansa principalmente en los países BRICS por ser la mayor organización mundial con capacidad de implementar alternativas globales a favor de un crecimiento económico orientado al beneficio de los países en desarrollo donde reside la mayoría de la humanidad.
El G7 y el G20 van quedando en el pasado, bienvenidas las iniciativas del grupo BRICS.

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21/03/2013

NOTICIA. El Jefe de ONU pidió en el primer Día Internacional de la Felicidad un desarrollo humano socialmente incluyente

Comentario

Hermosas palabras del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon

En julio del año pasado, la Asamblea General de la ONU proclamó el 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad, reconociendo la importancia de la felicidad y del bienestar como objetivos y aspiraciones universales en la vida de las personas de todo el mundo y la importancia de su reconocimiento en los objetivos de políticas públicas.
En su primer aniversario Ban Ki-moon, realizó una declaración al respecto:
"La búsqueda de la felicidad es la esencia de los esfuerzos humanos. La gente de todo el mundo aspira a tener una vida feliz y satisfactoria libre de temores y de carencias, y en armonía con la naturaleza".
"No obstante, el bienestar material básico aún es esquivo para demasiados que viven en la pobreza extrema". "Las recurrentes crisis socioeconómicas, la violencia y el crimen, la degradación del medio ambiente y las crecientes amenazas del cambio climático son una amenaza latente".
"Me siento alentado por los esfuerzos de algunos gobiernos para diseñar políticas basadas en amplios indicadores de bienestar. Animo a otros a seguir el ejemplo. "En este primer Día Internacional de la Felicidad, reforcemos nuestro compromiso con el desarrollo humano incluyente y sostenible y renovemos nuestra promesa de ayudar a otros".
"Cuando contribuimos al bien común, nosotros mismos nos enriquecemos. La compasión promueve la felicidad y ayudará a construir el futuro que queremos".

Lo que Ban Kimoon no avanzó, tal vez porque no es su competencia, que esa gran aspiración de la felicidad fraternal, que forma parte de todas las religiones del mundo que se inspiran en el amor y la compasión, así como de otras ideologías como el liberalismo y el comunismo, no han conseguido materializarla, siendo la ambición y dominio de unas naciones sobre otras, de unas clases sociales sobre otras las que han apartado a la humanidad de ese sueño universal.
Por otra parte, no se debe confundir la felicidad común con la felicidad individual. El concepto de Felicidad Común o felicidad social a la que se refiere Ban Ki-moon, es diferente del concepto neoliberal de felicidad individual.
El neoliberalismo tiene como meta la felicidad individual, de tal manera, que una persona puede considerarse feliz, en medio de personas desgraciadas. Este concepto de la felicidad se sustenta en el individualismo, y los métodos para alcanzarla pueden basarse en la explotación y el sufrimiento de otras personas.
A quienes conmemoran este Día Internacional de la Felicidad en la concepción de buscar su propia felicidad a costa del sufrimiento y la explotación de otras personas, colectivos o naciones, habría que advertirles que éste no es su día.
Tal como se expresa en el artículo primero de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano votada por la Convención Nacional francesa el 23 de junio de 1793: El fin de la sociedad es La Felicidad Común.
La felicidad común solo será posible cuando el sentimiento de fraternidad predomine en todo el género humano, cuando una persona sienta la angustia de la infelicidad al ver que otros padecen por distintos motivos. La felicidad común se fundamenta en la solidaridad, por ello, es contraria a la ambición que conlleva infortunio a otras personas. Es la meta máxima del ser humano como persona y como género.
A pesar de que el pensamiento de la fraternidad promueve en muchos colectivos humanos la compasión hacia los demás y les lleva a trabajar por mitigar su sufrimiento, la meta de la fraternidad universal es una conquista que está por realizar.
Los caminos para alcanzar tal logro son diversos, y los fracasos de quienes en su nombre han promovido guerras y persecuciones de personas como lo han hecho diferentes religiones o ideologías políticas, deben servir para aprender de los errores y trazar nuevos caminos.
La fraternidad universal debe ser un logro principalmente de la política transformadora por vías pacíficas donde la democracia política no esté encaminada a preservar los intereses de minorías privilegiadas sino que su principal objeto sea promover la democracia social.
Las fuerzas contrarias a la conquista de la fraternidad universal provienen actualmente de minoritarios grupos de poder de las naciones que pretenden regir el planeta para su interés exclusivo pretendiendo subordinar al resto de las naciones a través de campañas mediáticas, la injerencia, los complots y, cuando es preciso,  de la guerra contra otras naciones.

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6/03/2013

NOTICIA. A las 6:30 de la tarde del martes 5 de marzo en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de Caracas, cientos de hombres y mujeres se congregaron para expresar su dolor ante el fallecimiento del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.

Comentario

Constructores de sueños, constructores de futuro

La expresión más singular y destacada de la personalidad política de Hugo Chávez ha sido el amor. Chávez ha sido el líder político de la historia de la humanidad donde la cualidad humana del amor con mayor fuerza se ha manifestado en el quehacer político.
De Simón Bolívar adquirió el amor a la patria venezolana y la patria grande latinoamericana; del cristianismo el amor a los más necesitados y a la humanidad, y de los revolucionarios que desde 1789 creyeron que el mundo no tenía porque ser inexorablemente un valle de lágrimas, sino que era posible crear la felicidad social en la Tierra, tomó el espíritu transformador aplicado a la política.
Pero Hugo Chávez no solo revolucionó la política con la impronta del amor en cuanto al objetivo de la soberanía patria y el objetivo de alcanzar una democracia social, sino que revolucionó el método para conseguir tan nobles objetivos. La historia contemporánea ha tenido lideres revolucionarios que en nombre de objetivos liberadores y sociales han justificado métodos cruentos como el recurso a las guerras de dominación y la persecución implacable de sus enemigos, pero Chávez creyó en la capacidad transformadora pacífica, creyó en la paz universal como el sustrato sobre el que la humanidad puede alcanzar el objetivo de la fraternidad.
Durante su mandato, la oligarquía venezolana, los mandatarios de los países occidentales, particularmente EEUU y los latifundios mediáticos occidentales se han unido en una cruzada contra la figura de Chávez, quien tuvo que soportar la guerra sucia de campañas en su contra, un golpe de Estado y el constante asedio antidemocrático por parte de quienes lo convirtieron en su enemigo por sus ideales patrióticos y sociales; pero, de todos esos intentos, Chávez fue rescatado por el pueblo, lo hicieron los soldados rasos y los oficiales de menor graduación en el golpe de Estado del 2002, y lo ha hecho el pueblo con sus votos en todas las elecciones en las que revalidó su mandato al frente del Estado venezolano.

Con independencia de que el Chavismo siga o no gobernando en Venezuela, el legado de Chávez ya forma parte de los pueblos latinoamericanos.