Junio 2016




26/06/2016

NOTICIA. El 28/06/2016 los representantes de los 28 países de la UE mantendrán una reunión para tratar sobre la decisión de Gran Bretaña de abandonar la UE.

Comentario

UE. Hacia una nueva unión de Naciones

Tras la decisión de Gran Bretaña, adoptada en referéndum el 23/06/2016, de abandonar la UE, los ministros de Exteriores de los seis países fundadores de la UE (Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo), el 25/06/2016 decidieron convocar a los representantes de los 28 países para el 28/06/2016 para tratar sobre la salida de Gran Bretaña de la UE.
El desconcierto por un resultado inesperado se ha instalado entre los representantes de la UE. La respuesta del bloque comunitario se debate entre ofrecer una visión de moderación en el procedimiento de salida de Gran Bretaña de la UE o de castigo a este país por la decisión tomada. Los representantes de exteriores de los países fundadores,  en una reacción de no disimulado enfado advirtieron a Gran Bretaña que debe abandonar la UE lo antes posible, unas declaraciones que tuvieron una respuesta indirecta por parte de Gran Bretaña con la dimisión de comisario británico en la UE, Lord Hill, por su parte la Canciller alemana Angela Merkel, se manifestó en el sentido de que se debe tomar la decisión británica con cautela para evitar adoptar decisiones equivocadas.
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Con independencia de que la retirada de Gran Bretaña de la UE conllevará un periodo transitorio que puede durar más de dos años, los representantes de la UE precisan enviar  de inmediato un mensaje a la ciudadanía europea para frenar las posibles intenciones de otros países de seguir la senda de Gran Bretaña. El castigo es la opción que parece más probable que se tome con medidas en contra de los intereses de Gran Bretaña en su relación con la UE, limitando la circulación de ciudadanos británicos en el espacio de la UE y adoptando restricciones a la venta de productos británicos en los países de la UE.
Sin embargo, el castigo puede ser un arma de doble filo, no solamente porque el castigo a un país de la importancia de Gran Bretaña implica a su vez infligirse un autocastigo a los intereses propios, sino porque el castigo va a fortalecer las posiciones de los ganadores del referéndum de salida de la UE.
Gran Bretaña, al igual que sucede con Rusia, es una nación con un fuerte orgullo nacional. En Rusia las sanciones solamente han servido para reforzar el espíritu patriótico ruso habiendo alcanzado la unión del pueblo ruso con sus dirigentes políticos un grado de unión como se no se conocía desde la Segunda Guerra Mundial. Gran Bretaña también en momentos cruciales de su historia ha destacado por mantener su independencia como nación por encima de todo, lo hizo contra Napoleón y Contra Hitler, y aunque ahora las circunstancias son diferentes la percepción de que estaba sometida a los dictados de los burócratas de Bruselas se ha incrementado con el problema de los refugiados y las políticas de austeridad emanadas desde las instituciones de la UE bajo la influencia alemana.
No se explica sino que, frente a una campaña mediática abrumadora con la implicación de gobiernos y partidos políticos occidentales en contra del denominado Brexit, haya triunfado el mismo. Necesariamente hay un sentimiento popular de fondo que no ha podido ser sometido por el aparato del establishment occidental, a pesar de que en una especie de autoengaño medios y políticos occidentales han justificado a posteriori su fracaso atribuyendo el triunfo del Brexit al engaño de la ciudadanía por los partidarios del Brexit, cuando la realidad es que estos jugaban con unos recursos mediáticos e institucionales muy inferiores a su adversarios, y simplemente se ha impuesto la persuasión a la masiva difusión del discurso del miedo.
La UE se encuentra ahora sumida en la contradicción de que necesita tomar medidas ejemplares contra Gran Bretaña para disuadir en el seno de la UE a los partidarios de limitar las atribuciones de Bruselas en materia de refugiados y en las políticas de austeridad, pero a su vez tampoco le interesa un conflicto con esta nación con la cual colabora activamente en la OTAN.
Pero haga lo que haga la UE, la suerte en el medio plazo parece estar echada, porque no va a poder evitar que quienes se oponen a las políticas de austeridad y a la política de refugiados vayan ganando políticamente terreno. Los intentos para reducir estos emergentes movimientos políticos a testimoniales a través de campañas de desacreditación están resultando inútiles, y lo que está ocurriendo es que quienes se desacreditan son los propios desacreditadores por haber sustituido la argumentación por el anatema con el propósito de infundir temor, ignorando que la base política de las nuevas corrientes políticas en el seno de la UE se fundamenta en fuertes realidades políticas.
La política de refugiados dictada por Alemania y secundada por Bruselas se ha desbordado debido a la inestabilidad de la región del Oriente Medio y el Norte de África, a la cual, sin ningún talento político, la UE ha contribuido con su apoyo a la guerra contra los regímenes laicos en Siria y Libia.
Desde la crisis financiera del 2008 la UE ha estado prometiendo que las políticas de austeridad serían limitadas en el tiempo pero ocho años después son muchos años para seguir esperando, y más cuando las mismas ya han producido enormes fracturas sociales de desempleo y precariedad social. Solamente Alemania parece haberse salvado del incendio, lo cual también resulta sospechoso, pues mientras los países del Sur de la UE se ven obligados a hipotecarse con cuantiosas deudas soberanas que les obligan a un servicio de la deuda que impide su recuperación económica, Alemania se beneficia de estos intereses de la deuda y su economía luce boyante.
La percepción de una germanización de la UE de la mano de los comisarios políticos de Bruselas es un sentimiento creciente en los países de tradiciones nacionales más arraigadas como Francia, Italia, Polonia y Gran Bretaña, y una vez abierta la caja de Pandora de la desconfianza es muy difícil cerrarla, a ello ha contribuido sin duda la incompetencia de los políticos alemanes, que una vez más, instalados en la arrogancia de su éxito, se están convirtiendo en una maldición para Europa, y ahora sufren las consecuencias de la reacción ciudadana en otras naciones que se niegan a ser meros acompañantes de las decisiones de Bruselas.
La fractura de la UE es de profundo calado, solamente sería posible restañarla con un crecimiento económico que beneficiara a todos sus miembros, pero ello no es posible y, por este motivo, el paso del tiempo juega en contra de lograr una relación armónica entre sus miembros como la existente en los años previos a la crisis; por otra parte, en lo referente a la crisis de los refugiados el caos político instalado en el Próximo Oriente y el Norte de África, tampoco tiene visos de solución en el corto y medio plazo. La austeridad y el tránsito de migrantes y refugiados se han convertido en dos asuntos sobre las que las naciones de la UE quieren tener poder soberano, y todavía existe un tercer asunto que permanece sin desvelar como es el TTIP, cuya puesta en escena llegado el momento de su aprobación puede ahondar todavía más las diferencias entre los intereses de unas naciones y otras.
Con toda probabilidad, el Tratado de Lisboa sobre el que descansa la relación de las naciones de la UE pudiera resistir la salida de Gran Bretaña, pero el problema de fondo es que la salida de este país muestra el corsé en el que se ha convertido este tratado para la toma de decisiones soberanas en las diferentes naciones, y por este motivo su vigencia ya está cuestionada. La UE tendrá que reajustarse en un nuevo tipo de unión de naciones en la que se pueda compaginar la libertad de cada nación con las relaciones comunes entre todas, lo cual implicaría la modificación del Tratado de Lisboa para dar prioridad a los tratados bilaterales o multilaterales en los aspectos que se consideren convenientes, y revisables por cada nación cada cierto periodo de tiempo.

En la cumbre del 28/06/2016, los representantes de las naciones de la UE mostrarán su defensa inquebrantable del tratado de Lisboa, pero la cuestión está en saber si estos representantes representan a la ciudadanía actual. Las elecciones presidenciales francesas prevista para abril del 2017 constituirán un test decisivo en la continuidad del tratado de Lisboa o de su revocación en los próximos años.

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12/06/2015

NOTICIA. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realiza las maniobras militares más grandes desde el final de la Guerra Fría en su flanco este.

Comentario

Riesgos de una nueva Guerra Fría

Desde el 31/05/2016 hasta el 22/06/2016, la OTAN viene realizando las maniobras militares más importantes en su flanco este desde el final de la Guerra Fría. Estas maniobras constan de varios ejercicios entre los que destacan los denominados Anaconda-16 que se desarrollan en Polonia del 7 al 17 de junio, y los ejercicios denominados Saber Strike 2016 en Letonia, Lituania y Estonia del  13 al 21 de junio.
En la maniobras Anaconda-16, participan países miembros de la OTAN y países allegados como Suecia, Georgia y Ucrania, y cuentan según el Ministerio de Defensa de Polonia con 31.000 militares de 24 países diferentes (entre ellos, 12.000 soldados de Polonia, 10.000 de Estados Unidos y 1.000 del Reino Unido), lo cual constituye por el número de países participantes como de soldados, las maniobras militares más grandes en la historia de Polonia.
En las maniobras Saber Strike 2016 (Golpe de Sable) participan 10.000 soldados de 13 países miembros de la OTAN y países socios: Estonia, Dinamarca, Reino Unido, EEUU, Letonia, Lituania, Polonia, Luxemburgo, Noruega, Francia, Eslovenia, Finlandia y Alemania.
El presidente del Comité Conjunto de Jefes de Estados Mayores de las Fuerzas Armadas de EEUU, el general Joseph Dunford, consideró en su inicio que las maniobras militares en Europa tienen como objetivo demostrar a Rusia la fuerza de la OTAN, por su parte, Rusia viene manifestando de manera recurrente su preocupación por la progresiva expansión de la OTAN hacia su zona de seguridad. El portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitri Peskov, criticó las maniobras de la OTAN porque socavan la seguridad en Europa al dañar las relaciones con Moscú, “estos ejercicios claramente no contribuyen a una atmósfera de confianza y seguridad en el continente".
Estas maniobras preceden a la cumbre de la OTAN que tendrá lugar el 8 y 9 de julio de 2016 en Varsovia, en la que se espera que se imponga la política estadounidense de aumentar la tensión con Rusia.
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Durante la Guerra Fría la paz global fue consecuencia de lo que se denominó “la destrucción mutuamente asegurada”. La aparición de las armas atómicas llevaría a ese empate militar. Las guerras quedaron circunscritas a ámbitos regionales donde el factor de escalada de la contienda militar estaba limitado a las armas convencionales.
Sin embargo, la introducción en la década de los años ochenta de los misiles de corto y medio alcance con capacidad para portar cabezas nucleares difuminaría la línea de separación entre armas convencionales y nucleares. La posible confrontación en una guerra convencional entre las fuerzas de la OTAN y las del Pacto de Varsovia, tenía un escalón intermedio con la posibilidad de usar armas tácticas nucleares, lo cual suponía introducir un factor de escalada que podía llevar a una confrontación nuclear global.
Con el fin de eliminar el factor de riesgo de este eslabón de escalada en Europa, el Gobierno del presidente de los EEUU Ronald Reagan y el secretario general del partido comunista de la URSS Mijaíl Gorbachov suscribieron el 08/12/1987 el Tratado Intermediate-Range Nuclear Forces (INF) que entró en vigor el 01/06/1988. El tratado eliminó los misiles nucleares y convencionales cuyo rango estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros (denominados euromisiles). En 1991 fueron destruidos 2.692 misiles, 846 por parte de los EEUU y 1.846 por parte de la Unión Soviética.
En la década de los noventa con la disolución del bloque soviético se puso fin a la Guerra Fría, Rusia se convirtió en heredera de los compromisos de la antigua URSS entre ellos los militares, pero sin posibilidades económicas ni una ideología que lo sustentase renunció a su estatus de superpotencia global, y EEUU pasó a convertirse en la única superpotencia mundial. Este cambio de escenario geopolítico y militar mundial supondría un cambio en la naturaleza de los dos viejos contendientes, mientras que EEUU continuaría con su aspiración de dominación global, Rusia pasaría a un enfoque militar defensivo de su soberanía.
Ello, a día de hoy, se muestra tanto en los gastos militares como en el despliegue militar global. El presupuesto militar de EEUU es de 560.000 millones anuales de dólares estadounidenses, que supone 1.800 $ per capita, y constituye más de un tercio de todos los gastos militares del planeta. Por el contrario, Rusia tiene un gasto militar de unos 80.000 millones de dólares una séptima parte del presupuesto de EEUU, que supone  unos 500$ per capita. Con relación al despliegue militar, EEUU tiene fuera de sus fronteras cientos de bases militares y sus flotas armadas dominan el conjunto de los océanos, mientras que Rusia mantiene fuera de sus fronteras solamente dos antiguas bases de la URSS, en Siria y Tayikistan. Con relación a las armas nucleares, EEUU las tiene ubicadas en su territorio y Alemania, aunque hay que considerar que EEUU lidera a la OTAN y tanto Francia como Gran Bretaña miembros de esta organización militar también tienen armas nucleares desplegadas en sus territorios. Considerando a China, otra de las cinco potencias nucleares autorizada según el Tratado de no Proliferación Nuclear a tenerlas, no tiene bases militares fuera de su territorio y su gasto militar es de 140.000 millones de dólares, unos 100$ per capita.
Como se demuestra en sus gastos militares y despliegue militar, la naturaleza del armamentismo de EEUU, Rusia y China son cualitativamente diferentes, mientras que los fundamentos ideológicos que impulsan a EEUU al armamentismo es la dominación militar global, en el caso de Rusia y China sus principios son defensivos de su soberanía.
El despliegue militar global de EEUU le obliga a mantener un presupuesto militar superior al de cualquier otra nación, pero el gasto no es sinónimo de eficacia militar en una posible contienda. Las capacidades defensivas y de contraataque de un solo país, pueden ser superiores con menos gastos militares que quien precisa mantener una maquinaria de guerra global, es lo que está sucediendo en el caso de Rusia y de China, quienes con un presupuesto militar menor al estadounidense desarrollan armas defensivas y ofensivas igual o cualitativamente superiores a las estadounidenses, y cualquier guerra entre EEUU y una de estas potencias supondría la destrucción mutua asegurada.
Los estrategas estadounidenses con el fin de superar el empate militar de la destrucción mutua asegurada, han venido desarrollando una estrategia de golpear al adversario a la vez que se asegura que el contragolpe de éste puede ser detenido. Los escudos de defensa antimisiles forman parte de esta estrategia en la que se pretende poseer lanza y escudo frente a un adversario armado solamente con lanza. Otra estrategia militar que impulsa el desarrollo armamentístico estadounidense es la denominada como Golpe Global Inmediato. Esta estrategia se fundamenta en el principio de un ataque preventivo que en menos de una hora desde su lanzamiento podría destruir en su ubicación original las armas atómicas del adversario, por lo que el mismo quedaría desarmado y a merced del poder nuclear estadounidense, a esta estrategia sirve principalmente el desarrollo de las armas balísticas hipersónicas que pueden superar los 6.000 km/hora.
Sin embargo, a pesar del desarrollo de los escudos antimisiles y de las armas hipersónicas nadie puede garantizar que en una confrontación entre EEUU y Rusia o EEUU y China se pudiera evitar la destrucción mutua asegurada. Y la paz global como si fuese una fatalidad del destino y de la condición humana sigue descansando sobre este siniestro principio.
Con el despliegue de los escudos antimisiles estadounidenses en países del este de Europa y el fortalecimiento del despliegue militar de la OTAN en su flanco este, vuelve a escena la cuestión de los misiles de corto y medio alcance que podrían difuminar en una escalada de confrontación militar el paso de la línea del uso de las armas convencionales a las nucleares intercontinentales.
Los misiles antimisiles del escudo estadounidense DAM desplegado en Polonia, República Checa y Rumania pueden ser fácilmente reconvertidos a misiles de ataque y el escudo se desdoblaría en escudo y lanza. En la actualidad, considerando esta situación, Rusia se debate sobre la conveniencia de retirarse del Tratado (INF), y de hecho el mismo ya está cuestionado por la parte rusa con el despliegue de misiles de corto alcance Iskander en la región rusa de Kaliningrado, situada en la proximidad inmediata de Lituania y Polonia en respuesta al sistema DAM.
La política guerrerista y de la tensión contra Rusia liderada por el actual presidente de EEUU Barack Obama no tiene equivalente desde la Guerra Fría. La misma es además sostenida sobre la mentira de la tergiversación de los acuerdos de Minks de que Rusia es parte y no garante de los mismos como lo son Alemania y Francia, acusando a Rusia de su incumplimiento cuando no es Rusia quien debe cumplirlos sino Ucrania abriendo negociaciones con las repúblicas de Donetsk y Lugansk, lo que hasta ahora no ha hecho.
La política de la tensión contra Rusia es además alimentada por el resentimiento de varios países del este europeo entre los que destaca Polonia, un resentimiento acumulado en estos países en el periodo imperial soviético de la Guerra Fría, y que ahora es instrumentalizado interesadamente por Occidente y las oligarquías de esos países contra Rusia obviando el interés de Rusia por mantener unas buenas relaciones.
EEUU dirigiendo desde atrás a la OTAN esta empujando a la UE a una carrera militar de la que el mayor perjudicado en caso de una contienda no sería EEUU que se encuentra a miles de kilómetros de un hipotético escenario de guerra, sino los países de Europa y la propia Rusia.

La UE tendrá que resolver si su seguridad va depender de una carrera armamentística contra Rusia o de acuerdos basados en el respeto mutuo. El Tratado INF garantiza a Europa mayor seguridad que los escudos antimisiles, y la ruptura del tratado supondría entrar en una zona de inseguridad inédita desde la Guerra Fría.

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01/06/2016

NOTICIA. El 30/05/2016, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una reunión del Partido Popular Europeo (PPE) celebrada en Luxemburgo, manifestó su preocupación por el creciente euro-escepticismo en el seno de la UE.

Comentario

Divisiones en la UE

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, eligió el foro del Partido Popular Europeo que agrupa a los partidos que forman el bloque más grande del Parlamento Europeo, para expresar su preocupación por la imposibilidad de revertir la creciente tendencia euro-escéptica entre la ciudadanía de la UE. En sus declaraciones ha manifestado como el discurso político de los líderes europeos de una Europa Unida pierde importancia entre la ciudadanía, e instó a combatir el “espectro de ruptura que se cierne sobre Europa".
"Obsesionados con la idea de una integración completa e inmediata, fracasamos en notar que la ciudadanía europea, no comparten nuestro euroentusiasmo", "y demandan políticas más eficaces para  atender sus inquietudes y problemas”.
Como si de una confirmación de sus temores se tratara, en un informe publicado el 31/05/2016 por el diario alemán "Bild", basado en una encuesta realizada por el instituto de sondeos Insa, se muestra que la aprobación de los alemanes a la actual coalición de la CDU/CSU y el SPD ha caído por primera vez desde que gobierna por debajo del 50%, perdiendo ambas formaciones medio punto respecto de la semana anterior, obteniendo en unas hipotéticas elecciones federales un 30%  la CDU/CSU, y el 19,5% el SPD.
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La divisiones políticas forman parte del juego político y, en si mismas, no tendrían porque preocupar a los dirigentes de la UE, sin embargo, es la naturaleza de las divisiones lo que oscurece el futuro de la UE, pues colisionan con los fundamentos del proyecto europeo y afectan a la ciudadanía, los partidos políticos, la relación entre las naciones de la UE, y se encuentra también instalada en el seno de algunos gobiernos.
La división afecta a la ciudadanía principalmente en:
-La forma de abordar el problema de los refugiados. Mientras que para unos se debe priorizar su acogida, otros son partidarios de restringir la misma.
-El trato que debe tener el Islam. Mientras que unos lo consideran una religión más, otros entienden que puede barrer la cultura y tradiciones europeas.
-La política financiera. Mientras que la mayoría en el centro y norte de la UE se opone a la financiación de las deudas de los países del Sur, en estos países una parte importante de la ciudadanía considera que existe una tiranía principalmente alemana que les impone políticas económicas restrictivas y que se beneficia de los intereses de la deuda.
La división entre partidos políticos pro-europeos y euro-escépticos es una brecha creciente:
-Los partidos tradicionales se enfrentan a una pérdida de confianza por sus pronósticos fallidos cuando no de traiciones de sus promesas electorales. Desde la crisis del 2008 han venido sosteniendo el discurso de que la crisis y sus consecuencias serían pasajeras, pero después de casi ocho años los problemas de falta de empleo, precariedad laboral, débil crecimiento, endeudamiento y recortes en servicios sociales, persisten,  sin que se vea un futuro de solución.
-Los grandes medios de comunicación que protagonizan la información-formación mediática para mantener la credibilidad de estos partidos también han sufrido una pérdida de credibilidad. Es esta ruptura con el establishment en la base ciudadana la que propicia la crisis de los partidos tradicionales y que emerjan los nuevos partidos de derechas o izquierdas.
-El nuevo discurso que se abre paso nace apegado a lo más inmediato, las ideas de grandes proyectos paneuropeos son percibidas lejanas; el pueblo, la nación y la tradición son fundamentos próximos y fácilmente reconocibles y terminan dando cuerpo político a la corriente nacionalista, principalmente en los países más desarrollados de la UE.
-Este nuevo discurso arraiga principalmente entre las clases medias que quieren mantener su estatus y la esencia de su cultura nacional.
Las recientes elecciones presidenciales en Austria donde los candidatos de los dos partidos tradicionales gobernantes, el Partido Socialdemócrata y el Partido Popular quedaron relegados a los puestos cuarto y quinto en la elección presidencial, es muestra de ello. El referéndum en Gran Bretaña también responde a la confrontación entre el postulado del ideal europeo y el de la nación como marco de solución de los problemas.
Hasta ahora, las diferencias entre naciones en el seno de la UE han sido relegadas en base a la prioridad del proyecto europeo. Sin embargo, las diferencias no desaparecen. Un ejemplo, son las sanciones a Rusia que la UE tiene que decidir sobre su prorroga en el presente mes. Dirigentes de algunos países, como Italia, Hungría y Grecia ya se han manifestado en contra de la continuidad de las sanciones, incluso en el seno del gobierno alemán también han surgido diferencias, entre el SPD que ha sido desde el principio reticente a las mismas y la canciller Angela Merkel muy seguidista con las exigencias estadounidenses de mantenerlas a ultranza.
La intromisión estadounidense no solo le está obligando a la UE a mantener la política de sanciones sino que está siendo empujada a una confrontación con Rusia alimentada por la paranoia antirusa de algunos gobiernos de países del Este, principalmente del Gobierno de Kiev, Polonia y los países bálticos, lo que a su vez es visto con desconfianza por los mismos gobiernos que no están de acuerdo con continuar con la política de sanciones.
Sin embargo, la línea de la confrontación de la OTAN contra Rusia sigue prevaleciendo y va a suponer, según palabras del secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg que “los gastos de la OTAN en Europa aumentarán significativamente en 2016 ante 'la amenaza rusa' y la crisis migratoria”, lo que supondrá un aumento de los gastos de los miembros europeos en muchos años (*).
A la presión estadounidense para mantener la tensión con Rusia, viene a sumarse la exigencia de la firma para la puesta en vigor del Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP) del que EEUU sería su claro beneficiario por absorción del espacio de negocio de las pequeñas y medianas empresas europeas, principalmente en el sector agrario, una presión que también ha desvelado el desacuerdo de Francia con la marcha de las negociaciones sobre el TTIP.
La UE temerosa de que tanto la revelación de los contenidos del TTIP, como de que la ciudadanía pudiera percibir de forma acusada la política de la tensión contra Rusia, mantiene alejado del debate público estas cuestiones, y los grandes medios de comunicación de la UE han adoptado un perfil informativo bajo al respecto. Sin embargo, ambas cuestiones a pesar de que por ahora no figuran en el centro de las preocupaciones de la ciudadanía, pueden terminar por serlo.
El procedimiento de ratificación al que deberá ser sometido el TTIP en cada nación de la UE, necesariamente pondrá en el centro del debate ciudadano el mismo y, el riesgo de que la política de la tensión de la OTAN con Rusia pueda pasar a constituirse en una de las preocupaciones más graves de la ciudadanía de la UE solo puede depender de un incidente fortuito provocado por la política aventurera de la OTAN, aunque los dirigentes de la UE temerosos de la fuerte reacción contra la guerra que se pudiera producir por parte de la ciudadanía de la UE, se cuidan mucho de que eso no suceda.
La UE está, pues, no solamente estremecida por la división de su ciudadanía entre norte y Sur debido a su política financiera, y por la crisis de los refugiados en los países centroeuropeos como consecuencia de la desestabilización de Siria y Libia a la que la UE ha contribuido activamente, sino que se encuentra sobre el filo de dos problemas, como es el TTIP y la crisis con Rusia que en caso de destaparse ahondarían aún más su división tal vez con consecuencias irreversibles.
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NOTA:
(*). El incidente más crítico entre fuerzas de la OTAN y Rusia se produjo el 12/04/2016 con la aproximación de dos aviones de combate rusos Su-24 sobre el destructor estadounidense Donald Cook a 112 kilómetros de la ciudad rusa de Kaliningrado.