Mayo 2017


31/05/2017

NOTICIA. El 30/05/2017, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, en declaraciones a la prensa, resto importancia a las diferencias entre Alemania y EEUU.
NOTICIA. El 31/05/2017, la Comisión Europea presentó un documento de análisis y propuestas para reformar la eurozona.

Comentario


La crisis de la Europa alemana

La cumbre del G-7 celebrada en Taormina (Italia) los días 26 y 27 de mayo, puso de relieve las diferencias entre EEUU y Alemania en el ámbito comercial, las aportaciones al presupuesto de la OTAN y en la ratificación del Acuerdo de París sobre cambio climático. El malestar del gobierno alemán por la falta de consenso en el G-7 derivó en una confrontación dialéctica iniciada por Ángela Merkel con sus declaraciones en un acto electoral en una cervecería de Baviera donde expresó sus dudas respecto a la alineación de la Unión Europea con Estados Unidos y Reino Unido, manifestando que los europeos "tienen que poner su destino en sus propias manos". La respuesta por parte del presidente estadounidense Donald Trump, vino a través de su cuenta de Twitter: "tenemos un déficit comercial ENORME con Alemania, además de que ellos pagan MUCHO MENOS de lo que deberían en la OTAN y en el área militar. Muy malo para EEUU. Esto va a cambiar".
Tras esta confrontación dialéctica, el gobierno alemán ha optado por evitar una escalada de declaraciones y abrir paso a la distensión. El 30/05/2017, el ministro de exteriores, Sigmar Gabriel declararía que los comentarios de la cervecería de Baviera y Twitter "no son adecuados"; "es cierto que las relaciones entre Alemania y Estados Unidos atraviesan una situación difícil", "pero creo que regresaremos a una buena relación en el futuro".

Las diferencias de Alemania con su socio estadounidense en el G-7, han venido a sumarse a las diferencias de Alemania con Gran Bretaña por el Brexit, y al creciente malestar sobre la gestión de la crisis económica que ha abierto una notable fractura entre los países del Sur de de la UE y Alemania, mientras en el sur de Europa el desempleo persiste y los gobiernos se han endeudado fuertemente, Alemania como principal prestamista se ha venido beneficiando del servicio de la deuda de estos países.
El desarrollo de la UE desde la implementación del Euro, ha tenido dos periodos claramente diferenciados, antes y después de la crisis del 2008. Hasta la crisis del 2008, el crecimiento económico permitió al conjunto de los Estados de la eurozona mantener el déficit, el volumen de la deuda soberana y el desempleo en unos rangos relativamente bajos, pero la crisis del 2008 cambiaría la ecuación, los Estados más castigados por la crisis como fueron los del sur de la UE por la características del crack inmobiliario serían los que más sufrirían la misma.
El recurso para evitar la quiebra de las cuentas públicas fue el endeudamiento. La opción de una mutualización de las deudas soberanas de toda la UE tuvo su oposición frontal en Alemania, pues ello podía suponer que la factura de los países del Sur de Europa lo tuviera que pagar Alemania. Lejos de eso Alemania optó por la política de que cada Estado aguantase su deuda, y para ello se debía proceder a recortar gastos en partidas sociales, obligando como en el caso de España a modificar la constitución para que el pago de los intereses de la deuda fuera preferente al resto de partidas presupuestarias.
La gobiernos de los Estados endeudados, en la interpretación que la crisis remitiría en dos o tres años, entendieron que las exigencias alemanas también serían transitorias, pero no ha sido así, la prolongación de la crisis ha ido aumentando la deuda, la precariedad en el empleo y los recortes presupuestarios sociales, en educación, sistema de salud, jubilación etc.
El malestar social surge en los Estados del sur de la UE por la prolongación de la crisis y por la percepción política de austeridad de la Comisión Europea compuesta por dirigentes políticos fieles a los dictados de Alemania. Alemania se ha defendido de las críticas de los Estados de sur de la UE achacándoles de ser pueblos perezosos y derrochadores, por oposición al pueblo germano laborioso y buen administrador de sus recursos, un discurso que encaja bien en la tradición cultural supremacista germana lo que ha motivado un apoyo incondicional de la mayoría de la ciudadanía alemana al gobierno de Ángela Merkel.
La germanización de la UE tras la crisis del 2008 ha ido cobrando fuerza y esta germanización ha suscitado a su vez una fractura política con las dirigencias de los Estados con mayor tradición nacionalista como Gran Bretaña y Francia. El Brexit fue una respuesta a la germanización de la UE, y el avance electoral del Frente Nacional con pretensiones de reconducir a Francia fuera de la UE también.
Estos movimientos políticos y otros surgidos al margen de los partidos tradicionales de derecha e izquierdas se vienen combatiendo desde estos partidos bajo el vago enunciado de "populismos" elevado el término a la categoría de anatema como si el apoyo ciudadano a otras opciones políticas fuera obra de una especie de virus maléfico que contamina el alma de los electores, y no una respuesta política a los errores de la Comisión Europea y de la ambición alemana de beneficiarse de las deudas soberanas de otros Estados de la UE.
La clase financiera de la UE ha cerrado filas con las políticas de la Comisión Europea y  del gobierno Alemán cuyos dos máximos representantes son el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. Esta clase financiera ha contado en los dirigentes de la socialdemocracia y de la derecha tradicional unos fieles ejecutores de sus políticas, y el precio que algunos partidos socialdemócratas gobernantes han pagado como en Grecia y Francia ha sido su práctica extinción, o en el caso de Italia y España una fuerte disminución de su representación política.
Tras el Brexit, las recientes elecciones presidenciales francesas han sido la última contienda en la que el inmovilismo de la Comisión Europea y del Gobierno Alemán en sus políticas europeas puso en jaque a la UE. El triunfo de Emmanuel Macron, político fiel a las políticas de la Comisión Europea, ha supuesto un respiro para Alemania.
En política exterior, Alemania con el antiguo gobierno estadounidense de Barack Obama había venido marcando la agenda de la política exterior de la UE, aunque sus resultados han sido desastrosos. Su proyecto de acogida de refugiados ante la presión de los empresarios alemanes de contar con mano de obra barata, convulsionó a los principales países de la UE. La tergiversación interesada de los acuerdos de Minks, acusando a Rusia de su incumplimiento cuando Rusia no figura como parte de los mismos sino como garante al igual que Alemania y Francia, y son las autoridades de Kiev las que lo incumplen al negarse a reconocer la autonomía a las repúblicas de Dombas tal y como recogen los puntos diez y once de los acuerdos de Minks, forma parte de la hostilidad germana a Rusia y el temor de que Rusia pudiera retomar su tradicional alianza con Francia.
La Europa alemana se encuentra en crisis, la propia manera de referirse a Europa por parte de Ángela Merkel la delata, cuando afirma que los europeos "tienen que poner su destino en sus propias manos, cabría preguntarse a que europeos se refiere, pues tanto Gran Bretaña como parte de Rusia son Europa. El proyecto económico pensado por Alemania para la UE y ejecutado hasta ahora por Bruselas no puede continuar sin consecuencias en el seno de la UE. La centralización alemana de la UE genera tendencias centrífugas y la insistencia en esa política, por muy bien que le vaya a Alemania aumenta la hostilidad hacia el proyecto de la UE.
La UE se encuentra en una encrucijada en la que debe apostar por una mayor integración europea, lo que debiera suponer en primer lugar una mutualización de las deudas soberanas, lo cual podría cerrar la herida de la desconfianza ciudadana hacia la Comisión Europea, y sino se opta por ese camino las tendencias nacionalistas aumentarán y el proyecto europeo estará abocado a una revisión del tratado de Lisboa para que las naciones recuperen gran parte de sus competencias nacionales en materia comercial, de tránsito, fiscales y financieras.
El 31/05/2017, la Comisión Europea en un sorprendente documento de 33 páginas y dos anexos, redactado por el conservador Valdis Dombrovskis y el socialdemócrata Pierre Moscovici, realiza una serie de propuestas para reformar la eurozona con un calendario de medidas a corto plazo para implementarlas en dos años y otras de medio y largo plazo para los próximos ocho años.
En el mismo se afirma que el euro está lejos de ser perfecto y necesita reformas. "La convergencia económica de los primeros años del euro hasta la crisis del 2008 fue ilusoria”. Desde esa fecha, señala el documento, la crisis ha dejado un doloroso legado en forma de altas deudas y un desempleo excesivo en varios países de la UE. Destaca que la lenta recuperación “no es capaz de revertir suficientemente las divergencias económicas y sociales que han emergido” que ha dejado a la eurozona partida en dos, Norte-Sur. Advierte sobre las “fuerzas centrífugas políticas emergentes” que suponen un gran riesgo que obligarán a pagar “un enorme precio político si no se solucionan”, incluido “el debilitamiento del apoyo de los ciudadanos al euro”. Y añade que hay que dar “pasos adelante” para terminar con la actual “polarización”, advirtiendo de que no se debe esperar a la próxima crisis para actuar”.
Con este diagnóstico, se propone como medidas de regeneración de la UE un presupuesto común para toda la UE y un Tesoro que emita eurobonos a largo plazo en el objetivo de la mutualización de las deudas soberanas con el fin de restaurar la convergencia económica para acabar con la brecha Norte-Sur, y apuntalar el euro.

Con toda probabilidad, el gobierno alemán disentirá del diagnóstico de la Comisión y de sus propuestas porque las mismas podrían suponer una carga para la ciudadanía alemana que no está dispuesta a aceptar, y lo último que va hacer el gobierno alemán es poner en su contra a una mayoría electoral, cuando al acecho se encuentra el nuevo partido de derechas "Alternativa para Alemania".
Las contradicciones generadas entre el proyecto alemán para Europa y un proyecto mancomunado europeo, tal vez sean ya insalvables y el destino final sea una reforma del Tratado de Lisboa que limite competencias a la Comisión Europea y las restituya a los Estados, un proyecto que, por otra parte, encajaría mejor con la visión política y comercial de la nueva administración estadounidense de entenderse con cada nación por separado y le facilitaria a EEUU poner en la mesa de negociación en contrapartida a su déficit comercial la enorme dependencia que en materia de defensa Alemania tiene de EEUU.

La afirmación de la comisión Europea de que no se debe esperar a la próxima crisis para actuar, tal vez llega tarde, porque la crisis ya está presente.

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15/05/2017

NOTICIA. El I Foro de Cooperación Internacional de la Franja y la Ruta se celebró en Pekín los días 14 y 15 de mayo.

Comentario

El inicio del siglo euroasiático

Con la participación de los jefes de Estado y de gobierno de 29 países, los representantes de 130 naciones y 70 organizaciones internacionales tuvo lugar en Pekín el primer Foro de Cooperación Internacional "Una Franja, Una Ruta" a iniciativa del gobierno de China. El foro contó también con la participación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Estados Unidos envió una delegación liderada por Matt Pottinger, asesor especial del presidente y director sénior para Asia del Consejo de Seguridad Nacional.
El I Foro de Cooperación Internacional de la Franja y la Ruta ha sido uno de los principales encuentros económicos del mundo y la reunión internacional más prestigiosa que China ha inaugurado. En el centro de su atención ha estado el gran plan de China para combinar mejor la creciente economía china con el desarrollo de Asia, Europa y África, que conecta a países y regiones que representan casi un 60 % de la población mundial y un 30 % del producto interno bruto (PIB) global, que ha suscitado que naciones tan distantes y dispares como Rusia, Argentina, Bélgica, Italia, España, Vietnam, Grecia, Polonia, Etiopía, Kazajstán, Kenya y Hungría, hayan estado representadas por sus jefes de Estado o gobierno.
China, con su iniciativa de la Franja y la Ruta, asume el liderazgo de promover la integración económica global entre países desarrollados y en desarrollo en beneficio de todas las naciones del mundo. En palabras del presidente chino, Xi Jinping, la Franja y la Ruta solo tendrá éxito si se construye sobre la base de la paz entre naciones, por ello, la nueva ruta de la seda deber ser a su vez un camino de paz. En respuesta a las críticas y preocupaciones de algunas naciones que creen que el ambicioso plan es parte de la estrategia de China para aumentar su influencia en el mundo mediante la propagación de lazos económicos con los diferentes países, Xi Jinping, afirmo: “Lo que queremos crear es una gran familia que conviva en armonía. Lo que esperamos lograr es un nuevo modelo de cooperación ganar-ganar”.
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Propuesta por China en 2013, la iniciativa de la Franja y la Ruta busca construir una red de infraestructuras y comunicaciones y crear una plataforma de cooperación económica que conecte a decenas de países de Asia, Europa y África reeditando las antiguas vías comerciales de la Ruta de la Seda, pero el aspecto más relevante es que pretende inaugurar un nuevo modelo de desarrollo que priorice la relación de ganar todos, en oposición al modelo colonial y neocolonial de siglos de occidente basado en la relación de que unos ganen a costa de que otros pierdan.
En el modelo occidental, la globalización no puede ni debe cuestionar su hegemonía económica mundial, lo cual necesariamente implica la perpetuación del vigente estatus económico mundial de países ricos y países pobres, en el que el 75% del PIB mundial es detentado por el 20% de la población mundial. Un desarrollo económico de los países en desarrollo que aproximase la renta per cápita a la de los países desarrollados supondría que el potencial económico del PIB de los países desarrollados podría retroceder del actual 75% a un 20%, lo que supondría un cambio drástico no solo en la economía sino en las finanzas el sistema monetario y el conjunto de las relaciones internacionales.
Las políticas de freno al desarrollo económico contra determinados países lo realiza el G7 mediante la política de sanciones económicas y la desestabilización social y si es necesario con la intervención directa armada de los países de la OTAN en países que pretende controlar como ha venido sucediendo en el Medio Oriente y el Norte de África.
La iniciativa de la Franja y de la nueva Ruta de la seda es vista con recelo por EEUU, pues implica un desarrollo económico de una parte del mundo que en términos globales, cuestiona su hegemonía económica. Las acusaciones contra China y Rusia de que con esta iniciativa se pretende ampliar el área de influencia de estas naciones responde a estereotipos de la Guerra Fría, y también a la vieja mentalidad imperialista que prejuzga las acciones de los demás con el propósito que él aplica a las suyas.
Sin embargo, el propósito de China no tiene nada que ver con el modelo colonial al que fue sometida por las potencias imperiales europeas y por Japón durante más de un siglo hasta la proclamación de la República Popular en 1949. Tampoco pretende seguir en las relaciones internacionales el viejo modelo soviético de áreas de influencia, al que se opuso radicalmente en los años sesenta del siglo XX, en una controversia con la URSS que distanció a las dos potencias llegando al grado de una guerra fronteriza entre ambos. Quien juzga a China bajo el  presupuesto de que persigue objetivos neocoloniales, o es un ignorante de la historia contemporánea de China, o actúa maliciosamente para sembrar la desconfianza hacia China.
China quiere una relación de cooperación de ganar todos. En este mensaje de las autoridades chinas no solo existe la negación de no repetir el caduco modelo colonial, sino que el comunismo chino por su propia ideología sigue aspirando a alcanzar una civilización de fraternidad política de naciones y personas. Un objetivo que no es buscado por la fuerza de las armas ni la conquista de países, tal y como bajo esa bandera actuaron los revolucionarios franceses durante la Convención (1792-1795) y Napoleón para justificar la invasión de otros países, o lo hizo el imperio soviético tras la Segunda Guerra Mundial en los países del Este de Europa, sino en la convicción que la prosperidad compartida de todo el género humano solo puede ser fruto del desarrollo de los pobres del mundo sobre la base de la paz y la cooperación bajo los principios de la coexistencia pacífica.
China no exporta ideología como lo hiciera la URSS, sino que entiende que la civilización basada en la unión cooperativa de todas las naciones y seres humanos no es una aspiración única de la ideología comunista, sino que es un sentimiento político profundo consustancial al género humano que toma cuerpo en diferentes ideologías y arraiga por interés material principalmente entre los desfavorecidos de la Tierra, quienes en la medida que toman conciencia de ser artífices de su propio desarrollo económico y político se constituyen en el sujeto transformador universal.
La descolonización supuso una primera toma de conciencia de los explotados de la Tierra en su proceso emancipador, y el segundo paso lo constituye la aspiración de su desarrollo económico y social. Con el proyecto de la Franja y la Nueva Ruta de la Seda China contribuye a crear las condiciones para el desarrollo de las naciones principalmente en el espacio euroasiático proyectándose también hacia África, y favorece la implicación de los países europeos en este proyecto de desarrollo global, y con ello contribuye al objetivo del ideal comunista de la prosperidad compartida de todo el género humano.
La intelectualidad dirigente occidental carece de una teoría científica de los cambios históricos, a diferencia, los dirigentes chinos prestan gran importancia a la teoría de los cambios históricos de la que emanan sus acciones políticas adecuándola continuamente bajo el concepto marxista de la búsqueda de la verdad en los hechos. En la actualidad, para los dirigentes chinos la contradicción principal que mueve los destinos de la humanidad es la contradicción entre la pobreza y las aspiraciones de prosperidad de los países en desarrollo. China como el país más importante en desarrollo del mundo se sitúa en esa corriente transformadora.
EEUU como principal potencia del mundo liberal y depositario de la tradición histórica neocolonial occidental no termina de comprender las razones de los cambios históricos, y se aferra a una lucha por perpetuar su supremacía mundial negando el desarrollo económico y tecnológico a los países en desarrollo, un camino que solo puede derivar en un incremento de las acciones desestabilizadoras en los países que no se someten a su tutela, apoyándose como en América Latina en oligarquías reaccionarias, o en Oriente Medio en regímenes retrógrados como son las monarquías despóticas del Golfo Pérsico y el régimen de Apartheid de Israel.
Sin embargo, a pesar de los recelos de EEUU y Japón a participar en la Iniciativa de la Franja y de la Nueva Ruta de la Seda, la mayoría de los países europeos aunque son socios con EEUU en la OTAN, consideran esta iniciativa una oportunidad para ampliar sus negocios. La prolongada crisis financiera iniciada en el 2008 sigue perpetuando unas bajas tasas de crecimiento económico, y la Franja y Nueva Ruta de la Seda es un proyecto de inversión principalmente en infraestructuras que puede contribuir a ampliar la cartera de pedidos de las empresas europeas. El negocio se impone a las aspiraciones estadounidenses de exclusión de China, y supone situarse en el camino del desarrollo compartido entre los países en desarrollo y los desarrollados.
El TTIP, pensado por los dirigentes de EEUU y de la UE para unir comercialmente exclusivamente a los países ricos, no es un proyecto de crecimiento económico sino un proyecto de concentración económica, en el que unos países crecerán a costa de que otros pierdan. Si se toma como ejemplo el sector agrario, bajo el TTIP el sector agrario estadounidense crecería, pero lo haría en detrimento del sector agrario europeo, siendo uno de los países más afectados Francia, ello es el resultado de unir dos economías que no son capaces de generar crecimiento por elevación de la demanda lo cual deriva en un proceso de concentración económica en el que unos ganan y otros pierden.
La crisis que se arrastra desde el 2008, es una crisis derivada del agotamiento de un modelo de crecimiento basado en el consumismo de menos de un 20% de la población mundial. No es posible reeditar ese modelo, pues ni se pueden acortar los ciclos de consumo de productos no perentorios como automóviles, ni aumentar el consumo de otros como la doble residencia. El crecimiento económico mundial precisa de la incorporación de la población de los países en desarrollo a la demanda efectiva mundial a través de promover el acceso a las necesidades básicas de alimentación, sanidad, educación, para ampliarla posteriormente a artículos de consumo.
Este paso precisa de una fase de implementación de infraestructuras en redes eléctricas, viales, ferrocarriles y desarrollo urbano, en ese sentido, la Franja y la Nueva Ruta de la Seda, es la iniciativa más importante desde la implementación del plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial.
Dos conceptos de liderazgo mundial van definiéndose en el presente siglo, el de EEUU consistente en la perpetuación del modelo de dominación neocolonial, y el modelo que se abre paso en el espacio euroasiático basado en la colaboración entre naciones en pie de igualdad, respetando el sistema político de cada nación y priorizando el desarrollo de las infraestructuras civiles.
El presidente de Rusia Vladímir Putin en su intervención en el Foro de Cooperación Internacional de la Franja y la Ruta, expresaría su convencimiento del desarrollo de un proyecto euroasiático. "Rusia ve en la futura Asociación Euroasiática no solo nuevos lazos entre los Estados y los mercados, sino un cambio político y económico en el continente que traerá paz, estabilidad, prosperidad y un nuevo nivel en la calidad de vida"." En este sentido, la Gran Eurasia no es un proyecto geopolítico abstracto: es un verdadero proyecto de civilización dirigido al futuro y abierta al mundo", en el que, " la participación de los países europeos miembros de la UE la haría realmente armonizada, equilibrada y universal".
El siglo euroasiático ha comenzado.


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04/05/2019

NOTICIA. El 09/05/2017 tendrán lugar en la República de Corea las elecciones presidenciales

Comentario

Península de Corea. La paz y  el día después

El 10/03/2017, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur ratificó la destitución de la presidenta del país, Park Geun-hye, acordada por el Parlamento bajo los cargos de corrupción política. La presidencia interina fue asumida por el primer ministro, Hwang Kyo-ahn, y la fecha de las elecciones para elegir un nuevo presidente fue fijada para el 09/05/2017.
Park Geun-hye, fue elegida presidenta de Corea del Sur el 19/12/2012, con la propuesta política de trabajar por la paz, la reconciliación y la cooperación en el Noreste Asiático. Ese discurso tuvo entonces una acogida positiva en Corea del Norte, su presidente, Kim Jong-un, el 01/01/2013 en un mensaje de Año Nuevo realizaría un llamamiento a la unificación de las dos Coreas. Sin embargo, el curso de los acontecimientos han marcado un camino contrario a la voluntad de paz y reconciliación entre ambas coreas. En los meses de marzo y abril del 2013, las maniobras militares anuales conjuntas de los ejércitos de Corea del Sur y EEUU, elevaron la tensión con Corea del Norte, tras la utilización por parte de EEUU en el espacio aéreo de Corea del Sur de dos bombarderos B-2 Spirit, con capacidad de carga nuclear que llevó al líder norcoreano Kim Jong-un, a declarar el Estado de Guerra de Corea del Norte con su vecino del Sur, la crisis alcanzó un clímax hasta el punto que el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó suspender temporalmente las maniobras militares conjuntas con Seúl para reducir la tensión entre las dos Coreas.
En la actualidad, coincidiendo con la maniobras militares conjuntas anuales de marzo y abril, de Corea del Sur y EEUU, la tensión ha vuelto de nuevo a la península coreana. En las últimas semanas, Corea del Norte ha venido realizando pruebas de cohetes de medio y largo alcance diseñados para transportar cargas nucleares de combate; por su parte, EEUU ha sumado a las maniobras militares conjuntas con Seúl, el  portaviones Carl Vinson, un submarino de la clase Ohio provisto de armas nucleares y dos bombarderos supersónicos B-1B  con capacidad de portar armas nucleares.
La política de la tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur es buscada por EEUU, pues mientras exista la misma, el proyecto de reunificación de las dos Coreas  que los políticos de ambas Coreas dicen perseguir queda absolutamente descartado, pues EEUU no quiere una reunificación negociada de ambas Coreas sino la claudicación de Corea del Norte. Una pretensión que dejó muy clara en sus declaraciones el Secretario de Exteriores Rex Tillerson en la manida frase utilizada por EEUU para amedrentar a sus enemigos: Todas las opciones están sobre la mesa", aunque se daba por sentado que en el término "todas" estaba excluida la opción de la negociación.
Corea del Norte con su programa de desarrollo de armamento nuclear busca desesperadamente obtener un factor de disuasión frente a un posible ataque preventivo de EEUU, pero ese programa desarrollado en desacato a las resoluciones del CSNU que lo prohíbe categóricamente, solo contribuye también a alejar cualquier escenario de distensión que pueda favorecer un acercamiento pacífico y de negociación entre las dos Coreas.
La política de la tensión ha pasado a estar presente en la campaña electoral presidencial en Corea del Sur, el presidente interino y primer ministro surcoreano, Hwang Kyo-ahn, alineado con el  candidato derechista, Ahn Cheol-soo, ha venido alentando la retórica belicista, posicionándose a favor del despliegue del escudo antimisiles estadounidense (THAAD) en suelo de la República de Corea, sin embargo  el candidato del Partido Minju de Corea, Moon Jae-in, cree que Estados Unidos debe inmediatamente cesar el despliegue de sus sistemas THAAD considerando que es una cuestión que debe ser discutida a escala nacional después de las elecciones presidenciales; no obstante, EEUU se ha aprestado a iniciar el despliegue del THAAD antes de las elecciones tal vez en prevención de un resultado adverso del candidato más alineado con la política estadounidense, Ahn Cheol-soo, al que la última encuesta de Gallup Corea, realizada entre el 25 y el 27 abril de 2017, le otorga un 24% de intención de voto, frente a  un 40% a Moon Jae-in.
La reunificación de ambas coreas por la fuerza de las armas es una pretensión irrealizable por el grado militar de confrontación que significaría. Una segunda guerra de Corea iniciada por EEUU no asegura la derrota de Corea del Norte sino solamente una gran confrontación entre ambas coreas de consecuencias desconocidas. Tampoco Corea del Norte puede ambicionar a que en una segunda guerra de Corea en repuesta a un ataque preventivo estadounidense podría derrotar a Corea del Sur. En la actualidad, lo que detiene a ambos contendientes es lo que sucedería el día después de iniciado el conflicto, que solo puede tener como resultado el aniquilamiento muto asegurado de ambas coreas.
La imposibilidad de EEUU de rendir al régimen de Corea del Norte por la fuerza de las  armas y de las sanciones le ha llevado a definir una estrategia basada en la escenificación de la inevitabilidad de una guerra real contra Corea del Norte, orientada a presionar a China para que sea el gobierno chino quien actúe contra Corea del Norte, en el entendimiento de que China se inclinará por todos los medios en evitar una guerra en sus propias fronteras volviéndose en contra del  gobierno coreano.
El ataque del 07/04/2107, de  EEUU contra la base aérea de Shairat en la provincia siria de Homs con misiles de crucero coincidiendo con la primera reunión del presidente de China Xi Jinping con el de EEEU Donald Trump formó parte de esa escenificación de engaño a China, la utilización el 14/04/2017 de la mayor bomba no nuclear que posee EEUU conocida como GBU-43, contra una red de túneles utilizadas por los insurgentes en Afganistán, también formó parte de esa puesta en escena en el objetivo de manifestar ante Rusia y China una supuesta determinación de EEUU de ir hasta el final contra sus adversarios, y de dejar claro a los mismos que el respeto al derecho internacional no tiene relevancia en su toma de decisiones.
Con estas acciones de intimidación que se pueden considerar teatrales de matar moscas a cañonazos por el escaso efecto militar que tuvieron tanto en Siria como en Afganistán, la errática administración estadounidense de Donald Trump pensó que podía asustar a China y Rusia y que ello les llevaría a una política de apaciguamiento con EEUU, lo cual elevaría el estatus estadounidense de autoridad mundial.
Pero Rusia y China han aprendido de experiencias pasadas que la peor política que se puede seguir en las relaciones con EEUU es la política de apaciguamiento, la intervención militar de EEUU en Libia en el año 2011  puso de relieve tal cuestión. El 17/03/2011 el CSNU aprobaría con los votos de Rusia y China la resolución 1973  que autorizaba a la OTAN a intervenir en Libia con el fin de crear una zona de exclusión aérea, lejos de eso la OTAN no ceso en sus ataques hasta conseguir el derrocamiento del gobierno libio de Muamar el Gadafi.
Esa vulneración de lo acordado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, supuso un punto de inflexión para China y Rusia en la política internacional pasando ambos a jugar un papel más activo y coordinado.
El 26/04/2017, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi en un encuentro en la ONU con el viceministro de Exteriores ruso, Gennady Gatilov, para tratar sobre la crisis en la península de Corea, manifestaría que China y Rusia mantienen una comunicación y coordinación estrechas sobre los asuntos internacionales y regionales. Respecto a la política a seguir en el conflicto entre las dos Coreas, abogó por una política de "doble estrategia" y "doble suspensión". La "doble estrategia" se basa en aunar esfuerzos simultáneos para lograr la desnuclearización en toda la península de Corea y reemplazar el actual armisticio entre el Norte y el Sur por un tratado de paz. La "doble suspensión" propugna que Pyongyang suspenda sus actividades nucleares y lanzamientos de misiles a cambio de que Seúl y Washington cancelen sus maniobras militares a gran escala.
El futuro presidente de la República de Corea, tendrá que demostrar si apuesta por esa vía o por la continuidad de la política de la tensión. Corea del Norte también tendrá que demostrar si antepone la negociación a su programa nuclear. La apuesta por una vía que lleve a la península de Corea hacia la distensión tendrá que venir con pequeños pasos que faciliten la confianza entre ambas Coreas.
El camino de la tensión es un camino hacia ninguna parte que solo sirve a intereses ajenos a las aspiraciones de la reunificación del pueblo de Corea del Norte y del Sur.

Nota posterior al artículo:
Las elecciones presidenciales del 09/05/2017, en la República de Corea con una participación del 77,2%, ofrecieron los siguientes resultados:
Moon Jae-in, Partido Democrático 13.387.647 de votos (41,19%); Hong Jun-pyo, Partido Libertad 7.841.017 (24,10%); Ahn Cheol-soo,  Partido del Pueblo 6.982.012 (21,40%); Yoo Seong-min, Partido Bareun 2.202.601 (6,80%); Sim Sang-jung, Partido de la Justicia 2.011.182 (6,20%). En la República de Corea no existe segunda vuelta de elecciones, por lo que resultó electo presidente Moon Jae-in, partidario de abrir conversaciones con Corea del Norte en favor de una distensión entre ambas Coreas.