10/01/2018
NOTICIA. El 09/01/2018, la República Popular
Democrática de Corea (Norte) y la República de Corea (Sur) reanudaron, tras dos
años de suspensión, las reuniones entre representantes políticos de ambas
naciones.
Comentario
Península de Corea, un camino hacia
la reconciliación
Después de dos años de congelamiento de las
relaciones políticas entre las dos coreas, con motivo de los juegos olímpicos
de invierno de febrero en Pyeong-Chang (Corea del Sur), Seúl y Pyongyang, iniciaron
contactos para posibilitar la participación de los atletas de Corea de Norte, que
culminaron el 09/01/2018 en un primer encuentro en la aldea fronteriza de
Panmunjom entre representantes políticos de los gobiernos de ambas naciones.
Este encuentro fue propuesto por el gobierno
de Corea del Sur con el fin de iniciar conversaciones políticas con Corea del
Norte. El gobierno de Corea del Norte, tras conocer la decisión de Corea del
Sur de aplazar las maniobras militares de primavera que anualmente realiza con
EEUU, acogió con beneplácito tal iniciativa.
Para Corea del Norte, la suspensión o
alejamiento de estas maniobras militares de sus fronteras ha sido una condición
básica para el establecimiento de relaciones entre ambas naciones, y la
desafortunada decisión de armarse nuclearmente ha venido en gran medida
determinada porque en su entendimiento estas maniobras no tienen un carácter
defensivo sino que están diseñadas por EEUU para una guerra ofensiva contra
Corea del Norte.
El encuentro entre ambas coreas estuvo
representado por el ministro surcoreano de Unificación, Cho Myoung-gyon, y por
el presidente norcoreano del Comité de Reunificación Pacífica de Corea, Ri
Son-gwon, y las delegaciones estuvieron compuestas por cinco miembros de cada
gobierno.
En lo concerniente a los juegos olímpicos de
invierno, Pyongyang anunció su participación en varias modalidades, por su
parte, la representación surcoreana propuso hacer un desfile conjunto de ambas
coreas durante las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos.
El clima positivo de la reunión permitió
abordar las cuestiones políticas entre ambas coreas. La representación norcoreana volvió plantear la apertura de negociaciones para lograr la reconciliación y
unión de las dos Coreas; la representación de Seúl ofreció celebrar antes de la
festividad del Año Nuevo Lunar, en febrero próximo, una reunión de la Cruz Roja
para discutir la reunificación de las familias separadas por la guerra en la década
de 1950, y la realización de un encuentro a nivel militar para buscar alternativas
basadas en la cooperación y el respeto recíproco que permitan frenar las
tensiones y promover la paz en la Península. Al término de la reunión las dos
coreas acordaron establecer un canal de comunicación entre los ejércitos de
ambas coreas, lo cual ha sido positivamente acogido por China, Rusia, Japón y la
UE, como base para un eventual avance hacia una salida pacífica y dialogada a
la desnuclearización de la península coreana.
Después de una año de tensiones entre las dos
coreas por las pruebas nucleares y de misiles de largo alcance por parte de
Corea del Norte, que han conllevado duras sanciones contra este país con la
aprobación del CSNU a iniciativa de EEUU, parece que se abre un periodo de
distensión, una oportunidad que no debiera ser desaprovechada por los gobiernos
de ambas coreas para avanzar en un proceso de restauración de la confianza que
permitiese abrir un camino efectivo hacia la reconciliación.
Sin embargo, los obstáculos en el camino
parecen insalvables. El primero, por la decisión del gobierno norcoreano de
proseguir con su programa de convertirse en una nación nuclearmente armada y
con capacidad de golpear el territorio estadounidense; el segundo, por la política de EEUU de intentar acabar con el
régimen político de Corea del Norte, expresado en la concentración de armamento
y efectivos militares en la República de Corea y en las reiteradas y amplias
maniobras militares en las puertas de Corea del Norte.
Rusia y China han elaborado una iniciativa
para eliminar estos dos obstáculos, basada en la denominada doble suspensión que consiste en que
Pyongyang suspenda sus actividades nucleares y lanzamientos de misiles a cambio
de que Seúl y Washington cancelen sus maniobras militares a gran escala, pero
hasta ahora tal iniciativa no ha prosperado.
Para EEUU las maniobras militares suponen el
máximo exponente del cerco y presión al gobierno de Corea del Norte, y a su vez
supone el seguro de la continuidad de la tutela de EEUU sobre Corea del Sur. El
año 2017 que se ha caracterizado por la tensión entre ambas coreas, el gobierno
de Corea del Sur ha estado relegado por el gobierno estadounidense quien en
todo momento ha liderado las declaraciones y las políticas contra Corea del
Norte, dejando meridianamente claro que en los asuntos militares quien manda en Corea
del Sur no es el gobierno de esta nación sino EEUU.
Para Corea del Norte, su programa de
armamento nuclear con capacidad misilística de alcanzar EEUU se ha constituido
en el seguro disuasorio de que EEUU no atacará su territorio. La efectividad
del mismo puede ser cuestionada, pero otra cosa es ponerlo a prueba, y EEUU no
va a ser tan insensato como para correr ese riesgo. Hasta ahora la disuasión en
el terreno militar la basaba Corea del Norte en su potencial militar contra su
vecino de Corea del Sur, pero ahora este factor ha quedado relegado a un
segundo plano ante el armamento nuclear.
Las guerras que
EEUU ha estado implicado desde el comienzo del siglo XX se han caracterizado porque han
estado a miles de kilómetros de su Territorio, y por la incapacidad de las
naciones confrontadas para alcanzar el mismo. Corea del Norte al dotarse de
armamento nuclear pretende cambiar esa ecuación, su capacidad disuasoria ya no
se basa en la amenaza a los aliados regionales de EEUU, sino en la amenaza
directa a su territorio.
La posesión de armas nucleares por parte de
Corea del Norte es inaceptable para la sociedad mundial porque representa
un atentado al tratado de no proliferación de armamento nuclear, y porque el
hecho de que en una de las zonas del mundo con mayor riesgo de que se desate
una guerra estén los contendientes en posesión de armas nucleares, es un
peligro para la región y para toda la humanidad.
Sin embargo, es un hecho objetivo que no puede ser
ignorado. Las medidas de presión para que el gobierno de Corea del Norte abandone
su programa de armamento nuclear hasta ahora han sido infructuosas. La
propuesta de Rusia y China de la doble
suspensión no resulta del agrado ni de EEUU ni de Corea del Norte, porque
lo que está en cuestión es quien empieza a desarmarse primero, para EEUU esta
claro que lo debe hacer Corea del Norte porque contraviene las resoluciones
internacionales, pero Corea del Norte una vez alcanzado su estatus de nación
nuclearmente armada no va a renunciar al mismo mientras EEUU no deje de
amenazarla. Hasta ahora, ninguna nación que alcanzado el poder militar nuclear
fuera del Tratado
de no proliferación nuclear, como han sido la India, Pakistán e Israel,
han renunciado al mismo.
En este nuevo escenario, el desarme nuclear
de toda la península de Corea, tanto en Corea del Norte como por la parte
estadounidense en Corea del Sur donde alberga bombarderos con capacidad nuclear,
solamente puede venir de los avances en el diálogo y la negociación de ambas
coreas con el objetivo de la reunificación en una sola nación. Sin embargo, el
oponente principal a un proceso de estas características es EEUU, pues en un
proyecto de reunificación basado en el acuerdo en el que los gobiernos de ambas
coreas fueran los protagonistas, EEUU por el antagonismo con Corea del Norte no
debiera contar.
El proyecto de reunificación que apoyaría
EEUU sería el de la rendición de Corea del Norte y la absorción de este territorio
por Corea del Sur a la vez que EEUU mantendría su despliegue militar en la
península coreana, es decir, lo extendería a Corea del Norte, pero en la
actualidad tal pretensión se ha vuelto irrealizable política y militarmente y la
reunificación tendrá que basarse en el consenso de las partes o no se realizará.
La iniciativa de desenredar el nudo gordiano
que mantiene aprisionada a la península de Corea, solamente puede venir de
Corea del Sur, la cual debiera basarse en dos pilares: 1. el acercamiento a Corea
del Norte en base a negociaciones, y 2. el distanciamiento del gobierno de la
República de Corea de la influencia militar estadounidense que permita generar
un clima de confianza entre ambas coreas.
Es difícil imaginar como sería la fundación
de una sola nación en la península de Corea, pero lo que si es evidente que la
reunificación basada en el consenso de las dos
coreas traería el final de las armas nucleares por carecer de sentido su
posesión, y pondría fin a la justificación de la presencia militar
estadounidense en la península de Corea.
También es difícil imaginar como podrían
convivir en una sola nación dos sistemas políticos tan diferentes como el de
Corea del Norte y del Sur, pero todo es posible. En China en una sola nación
conviven dos sistemas, el gobernado por el Partido Comunista, y el de Hong-Kong
y Macao, que continúan con el sistema político que tenían bajo el dominio
colonial antes de reincorporarse a China.
Una nación dos
sistemas,
podría ser un comienzo para una sola Corea y, posteriormente, el curso de la
historia trazaría el camino de como sería la nueva nación sin ninguna potencia
mundial que la tutele.
Tal vez, el gobierno de Corea del Sur, tras
un año de sentir como eran usurpadas sus funciones en el ámbito internacional
por EEUU, ha decidido dar un paso soberano al frente, e iniciar el único camino
ya posible para alcanzar el desarme y la paz definitiva: el camino de la reconciliación y la
reunificación.
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01/01/2018
NOTICIA. El 29 de diciembre de 2017
entró en la historia cómo el día más caliente de todos los 29 de diciembre
registrados en Moscú.
NOTICIA. El 28/12/2017, las
temperaturas descendieron en el Noreste de EEUU en un ola de frío sin
precedentes en los registros meteorológicos
desde Arkansas hasta Maine.
Comentario
Reflexiones sobre el cambio climático
Con ausencia de sol y las
temperaturas más altas de los últimos 138 años, así es cómo Moscú vive la
temporada entre la Navidad católica del 25 de diciembre y la Navidad ortodoxa
del 7 de enero, asociada históricamente a temperaturas bajo cero.
Pero el tránsito del año 2017 al 2018 no es así. Según
los meteorólogos rusos, la ausencia de nieve es resultado de la llegada de una
ola subtropical a la meseta central rusa proveniente del mar Negro, que provocó
que el 29 de diciembre en Moscú la temperatura mínima se situará en 3,7 grados Celsius, siendo la temperatura más
alta en ese día del año desde que se tienen registros. Los meteorólogos rusos
han pronosticado unas fiestas de navidad en la capital rusa sin heladas.
En EEUU, el jueves 28/12/2017,
las temperaturas descendieron a niveles sin precedentes desde Arkansas hasta
Maine y se prevé que se mantendrán así todo el fin de semana y la primera
semana de enero del 2018, afectando incluso a Texas y Florida.
El viernes 29/10/2017, las
autoridades estadounidenses hicieron un llamamiento a la población a cuidar de
los más necesitados y vulnerables, como los ancianos y los que viven solos,
advirtiendo sobre los peligros de la hipotermia y la congelación ante el frente
de aire gélido que viene desde el centro hasta el noreste de Estados Unidos. En
Watertown, en el estado de Nueva York, las temperaturas habían descendido a 35
grados centígrados bajo cero y las máximas no sobrepasaron los 22 grados
centígrados bajo cero.
Situación del tiempo en el hemisferio boreal el 30/12/2017
Fuente: Meteogrup.
Elaboración propia
En el mapa mundial de Isobaras del
30/12/2017, del hemisferio boreal comprendido entre los 35º y los 65º de
latitud se puede apreciar como la circulación atmosférica está principalmente
influenciada por dos potentes anticiclones, uno situado en el centro occidental
de Asia con un núcleo de 1.037 milibares que introduce las corrientes de aíre cálido desde el sur-oeste de Asia hacia la región de
Moscú sobrepasando las mismas los 65º de latitud; el otro anticiclón tiene su
centro al sur de Canadá con 1.045 milibares, e introduce aíre frío desde la región ártica por encima de los 65º a
la parte oriental de EEUU hasta los 35º de latitud.
Con esta situación, el
30/12/2017 se produce la paradoja de que Moscú situado en las coordenadas 55°45′21″N
37°37′04″E, las temperaturas oscilaron entre 1ºC y 2ºC, mientras que en
Nueva York localizado a 40°40′N 73°56′O, es
decir, 15º más al sur que Moscú, las temperaturas ese mismo día oscilaron entre -9
ºC y -3 ºC.
Esta inusual ola de frío en la
costa este de EEUU fue sarcásticamente interpretada por el presidente de EEUU,
Donald Trump, negacionista del cambio climático global, en un mensaje el
28/12/2017 en Twitter: “En el este,
podría ser la víspera de Año Nuevo más fría de la que se tenga registro”. “Tal
vez nos vendría bien un poco de ese viejo calentamiento global por el que
nuestro país, pero no los demás, iba a pagar billones de dólares para
protegernos de él. ¡Abríguense!”
Donald Trump, ha expresado su
escepticismo en repetidas ocasiones sobre el cambio climático global, llegando
a considerarlo en su campaña electoral una “farsa” inventada por China para
perjudicar a las industrias estadounidenses. A principios del 2017 anunció su
intención de retirar a EEUU del acuerdo climático de París del 2015, enfocado
en el objetivo de frenar las emisiones de
gases de efecto invernadero, lo cual realizó posteriormente; en contraposición
a las tesis del presidente estadounidense, la Organización Meteorológica
Mundial (OMM) afirmaría el pasado
noviembre, que el año 2017 iba camino de ser el más cálido del que se tiene
registro.
Sin embargo, esta situación
meteorológica de gélidas temperaturas en el centro y este de EEUU, y moderadas
en la parte Europea de Rusia, no es nueva. En el comienzo del invierno boreal
del 2013-2014, EEUU sufrió también una ola de frío con temperaturas tan bajas
que rompieron récords con: -35 ºC en Fargo, Dakota del Norte; -29 ºC en
Madison, Wisconsin, y -26 ºC en Minneapolis, Indianápolis y Chicago. En esas
mismas fechas las temperaturas de Moscú también fueron moderadas, mientras que
en Argentina el comienzo del verano austral trajo una ola de calor extremo no
conocida en Buenos Aires desde que se tienen registros hace cien años.
En el año 2017, además de la
desconcertante ola de frío en el este de EEUU y de temperaturas suaves en Moscú
al final del año, se han producido también otros meteoros extremos que han
tenido su mayor impacto en los países del Caribe que se han visto azotados en
septiembre por reiterados huracanes alcanzando los huracanes Irma y María, categoría
cinco, la más alta de la escala.
Los fenómenos meteorológicos
extremos se han producido históricamente repetidamente pero en los últimos años
la fuerza de algunos de ellos y sobre todo su más acentuada reiteración están
confirmando el nexo de unión entre el
cambio térmico climático y las variaciones en la circulación general atmosférica. El calentamiento de las masas de
aire que fluyen de oeste a este, separadas por la corriente en chorro (Jet Steam),
estaría provocando un reajuste en la formación de la vaguadas y dorsales en
altura, el cual, no se produce gradualmente sino de forma convulsa.
Elaboración propia
El dar crédito a
este cambio es importante, pues de ello depende que se tomen medidas
preventivas ante el riesgo de sequías prolongadas en las zonas de fuerte
influencia anticiclónica, o en la planificación de la construcción de los
asentamientos humanos y la ubicación de los mismos en las áreas de influencia
ciclónica.
El nexo de unión entre el cambio térmico climático y las
variaciones en la circulación general
atmosférica, va a determinar que estas alteraciones duren y se
acentúen mientras prosiga el calentamiento global de la troposfera debido a la
concentración de los gases de efecto invernadero en el aire atmosférico.
Estos gases
producen la retención en la troposfera de la radiación nocturna emitida por la
Tierra en longitudes de onda larga hacia el espacio exterior. En la medida que
aumenta la concentración de dióxido de carbono y de metano en el aíre
atmosférico estos gases tejen una red más estrecha a la radiación saliente y el
efecto invernadero se acentúa, provocando que la radiación que en décadas
precedentes alcanzaba el espacio exterior quede atrapada en la troposfera. De
esta manera, sin que exista variación de la constante solar en la radiación de
onda corta de entrada diurna, la superficie de la Tierra se calienta porque al
perder menos radiación durante la noche se enfría menos, tal y como se puede
ver en la siguiente ilustración gráfica.
Posición de la Tierra el 30/12/2017. Imagen de elaboración propia.
Fuente.
NASA.
En la imagen de
calentamiento global ofrecida por la NASA, correspondiente a febrero del 2016,
se puede apreciar como éste afecta principalmente al
hemisferio boreal que es el que concentra la mayor parte de las emisiones de
gases de efecto invernadero y dentro del mismo a las regiones más frías.
La repercusión
del cambio térmico climático tiene ya una gran importancia, pues afecta a la
formación de hielo y a los deshielos, de tal manera que disminuyen las masas de
hielo y se acentúan los deshielos, ello produce un retroceso de los glaciares
de montaña, y un menor avance en invierno de las masas de hielo marítimas en el
Ártico y el Antártico, y un mayor retroceso en verano.
Este fenómeno
afectaría también a la disminución de la reflexión de la radiación solar, pues
al disminuir la superficie de las plataformas de reflexión de superficies
heladas la captación de energía en la troposfera se incrementa lo que puede dar
lugar a un aumento de las temperaturas diurnas y la consiguiente alteración de
todo el ciclo térmico diario.
Otro aspecto de este cambio es la disminución de las
precipitaciones en forma sólida en la alta montaña afectando al régimen de los ríos pluvionivales
que adquieren una componente más pluvial y que en el caso de los grandes ríos
de las zonas templadas con un gran componente nival puede provocar inundaciones
desconocidas.
No obstante, la
consecuencia más negativa del cambio térmico climático puede venir en la
segunda mitad o hacia el final del siglo XXI si el cambio térmico climático,
por tener una mayor incidencia relativa en las regiones más frías, afecta decisivamente al
deshielo de las masas continentales heladas, iniciándose una transgresión
marina que pueda inundar la mayoría de las playas y ciudades costeras del mundo
donde vive la mayoría de la humanidad.
La meta fijada por (WMO), de
no superar en el presente siglo en 2 ºC el promedio global respecto de mediados
del siglo XX, y que en el mapa de la NASA se situaba ya en el año 2016 en 1,35ºC,
es un indicador ambiguo pues no permite medir con exactitud el cambio térmico
en las regiones más frías del que puede provenir el mayor riesgo para la
humanidad de subida del nivel del mar por el deshielo de los glaciares de alta
montaña y las masas continentales heladas principalmente de Groenlandia y la
Antártida. Esa debiera ser la preocupación máxima, y el indicador que mejor
mide la progresión del calentamiento global es la medición de las partes por
millón (PPM) de los gases de efecto invernadero que se concentran en el aíre
atmosférico.
El CO2, con el 59,80%
es el gas que más contribuye al forzamiento
radiativo respecto de la era preindustrial, seguido del CH4 (metano)
que lo hace con el 19,20%. El incremento del CO2 en el año 2016
respecto de 1750 fue del 144%, y el del CH4 del 221,3%.
Fuente:
Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC). Elaboración propia.
En la actualidad, la concentración
de CO2, en el aíre atmosférico no tiene precedentes en la historia
de nuestra especie desde el final de la última edad de hielo hace 22.000 años.
El incremento del CO2 en ese periodo de 22.000 años hasta el inicio
de la revolución industrial (1750) experimentó un aumento de 100 ppm, pasando
de 180 ppm a 280 ppm. En los 266 años desde 1750 al 2016 el incremento fue de
123 ppm, superando a los 22.000 años precedentes, aunque el incremento
significativo se producirá a partir de 1960 que registrará en 57 años un
incremento de 90 ppm, a diferencia del periodo de 1750 a 1960, que en 210 años
aumentó 36 ppm .
Fuente y gráfico
WMO.
Desde el año
1959 se tienen registros diarios de la concentración de CO2 en el
aire atmosférico registrados por la institución National Oceanic Atmospheric
Administration (NOAA),
lo que ha permitido medir su incremento con precisión.
Incremento del CO2 en el aire
atmosférico por quinquenios tomando como referencia el último año del
quinquenio
Fuente datos NOAA. Elaboración propia
La progresión en
la acumulación del CO2 en el aíre atmosférico, tal y como marca la
línea de tendencia en el gráfico de la izquierda, no se ha frenado a pesar de
los acuerdos suscritos, como el protocolo de Kioto y la conferencia de París
del 2015. Los dos únicos acontecimientos que moderaron esa escalada en el último
medio siglo han sido: 1. la crisis del petróleo de 1973 en la que tuvo lugar un
importante aumento de los precios del petróleo que produjo una fuerte
contracción de la demanda, y 2. el desmantelamiento de gran parte de la
industria soviética a principios de la década de los noventa tras el final de
la URSS, que supuso, según fuente de EIA, que el conjunto de los
países de la antigua URSS pasaran de emitir 3.820,85 millones de toneladas de
CO2 en el año 1991, a 2.134,39
en 1998, un 45% menos.
La concentración
de las ppm de CO2 en el aíre atmosférico constituye el indicador más
relevante y preciso para medir el cambio térmico climático, sin embargo, hasta
ahora no ha sido considerado por parte de la comunidad internacional para tomarlo como
referente principal a la hora de trazarse objetivos para su reducción, en los que habría que tener en cuenta no solamente la reducción de las emisiones de CO2,
sino la implementación de sumideros naturales y artificiales para su captura.
La experiencia más exitosa de un acuerdo internacional para limitar la emisión de gases a la atmósfera, ha sido el establecido para la reducción de los clorofluorocarbonos (CFC) con el fin de preservar la capa de ozono, suscrito en el Protocolo de Montreal de 1987.
La experiencia más exitosa de un acuerdo internacional para limitar la emisión de gases a la atmósfera, ha sido el establecido para la reducción de los clorofluorocarbonos (CFC) con el fin de preservar la capa de ozono, suscrito en el Protocolo de Montreal de 1987.
Pero en el caso
de combatir la concentración de CO2 en la atmósfera ha sido
diferente. Los obstáculos para avanzar en un compromiso firme no solamente
vienen de la ignorancia de los negacionistas del cambio climático, del que el
presidente de EEUU, Donald Trump, es su máximo exponente, sino también de
quienes se dicen abanderados en la lucha contra el mismo y suscriben todos los
tratados al respecto pero posteriormente no los cumplen.
El protocolo de
Kioto, fue el principal acuerdo suscrito para la reducción de emisiones de CO2,
y el único hasta ahora que ha estado en vigor (2005-2012), pues los acuerdos de
París del 2015, sobre el cambio climático, del que EEUU se ha desvinculado,
todavía no se han aplicado.
La
implementación del protocolo de Kioto entró en vigor el año 2005 al ser
suscrito por las 55 naciones que sumaban el 55% de las emisiones globales de
gases de efecto invernadero, sin embargo en el balance final del mismo, se ha
demostrado que una cosa es suscribir un tratado y otra cumplirlo.
El Protocolo de
Kioto estableció el objetivo para que en el año 2012 las emisiones de CO2
se hubieran situado en un 5,2% por debajo de las de 1990, pero como se puede
apreciar en el siguiente gráfico las
emisiones de CO2 a la atmósfera continuaron incrementándose, y quedó
ampliamente incumplido con una desviación por incremento de emisiones del 59%
respecto del objetivo marcado.
Fuente. Energy
Information Administration / International Energy Outlook
La conclusión
que se puede extraer del incumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kioto
es que ha sido debido a la estrecha relación entre crecimiento económico y consumo de energía, junto al hecho de que
esta energía provenga en más de un 80% de los combustibles fósiles para su conversión en
trabajo, que en el vigente sistema competencial mundial, se realiza mediante la
externalización de costes en forma de libre emisión a la atmósfera de gases de
efecto invernadero. Esta es una realidad que determina que los gobernantes
antepongan el desarrollo económico a la limitación de emisiones de gases de
efecto invernadero, y que ha tenido como consecuencia que se produzca en las
últimas décadas una liberación masiva de gases de efecto invernadero,
principalmente de CO2.
El indicador
propuesto por China de marcarse objetivos de reducción de emisiones por unidad
de PIB, intenta compaginar el necesario desarrollo económico con la
implementación progresiva de una economía baja en carbono, lo que en el caso de
China le está llevando a la sustitución del carbón por el gas natural como fuente
de energía primaria así como el desarrollo de las fuentes energéticas
renovables: hídrica, solar y eólica. Sin embargo, a pesar de la celeridad con la
que China pretende alcanzar una economía baja en carbono, que le ha convertido
en líder mundial en la generación eléctrica mediante estas energías renovables
y en el desarrollo de las comunicaciones ferroviarias, su objetivo para el año
2030 es que su sistema energético dependa todavía en un 80%, de los
combustibles fósiles.
EEUU, la otra
nación junto con China, principales emisoras de gases de efecto invernadero,
con la nueva administración republicana y con un presidente negacionista del
cambio climático carece de planes de sustitución de las energías fósiles, en
tanto estas nuevas energías supongan mayores costes de producción, situándose al igual que hizo
con el protocolo de Kioto, y ahora con su salida de los acuerdos de París del
2015, al margen de los compromisos internacionales.
Tras la
experiencia del protocolo de Kioto, la desesperanza de hallar una solución al
freno de emisiones de CO2 globales, es más que fundada.
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